Oh Luigi [KingBooigi]

Rapto.

Sentía que la cabeza estaba apuntó de estallarle, estaba mareado, contra apenas podía recuperar la vista. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Lo único que recotdaba era estar con Daisy y desmayarse en un instante.
Cuando pudo recuperar bien su vista, se percató que por más que lo deseara, no era el castillo de la princesa. Reconocía cada cuarto, cada celda y no era una celda del Castillo. Todo a su alrededor se veía tan tétrico y lúgubre. Se sentía un ambiente demasiado pesado, hacia mucho frío. ¿Era acaso una mala jugada? ¿Seria acaso que Bowser les haya hecho una trampa?
No lo sabía, pero tenía que escapar del lugar a cualquier costo.

En el castillo de la princesa Peach, todos hacían en un cuarto de enfermería observando el estado de salud de Sarasaland. Estaba demacrada, su piel estaba en un tono demasiado blanco, de un de repente ojeras enormes habían aparecido en su rostro, todos veían tal atrocidad.

—Dios Santo, ¿qué le habrá pasado? —Hablaba Peach en un hilo de voz.

—Estaba tan bien cuando llegó, ¿por que se ve así? ¿Habra comido algo que no le cayera? —Habló Bowser tratando de sacar las más tontas teorías que se le venían a la cabeza.

—¡El único problema aquí es Luigi!  —Exclamó con furia Mario mientras empezaba a desesperarse. Todos guardaron silencio en el lugar un poco asustados. —¡Sí! ¡Entiendo que está enferma! ¡Pero Luigi desapareció sin dejar rastro y el maníaco está allá a fuera viendonos caer!

—Mario, calmate...

—Un segundo; dices que Luigi desapareció de este incidente... ¿No crees que es algo extraño? —Habló Bowser acercándose al de rojo.

Mario empezaba a molestarse más; —A qué te refieres...

—¡Es más que obvio que Luigi es el culpable de todo esto! ¡Matando gente! ¡Haciendo un golpe de Estado! ¡Atacar a MI HIJO!

—¡NI SE TE OCURRA DECIR ALGO MÁS QUE JURO QUE TE SACO DE AQUÍ A PATADAS! ¡LUIGI ES INCAPAZ!, ¿ME ESCUCHAS?

—¡Dejen de pelear!  —Exclamaba la rubia tratando de evitar una futura riña entre ambos.

Antes de que alguien más dijera algo, escucharon un grito ahogado proveniente de Sarasaland, quien estaba despertando del desmayo de unas horas. Los tres se acercaron a ella, estaba temblando mucho y le costaba respirar.

—¡Llamen a un doctor! —Alertó Peach, Bowser hizo caso omiso y salió del lugar en busca de ayuda.

—¡Mario...! —Exclamó con el poco aliento que le quedaba a la castaña.

El de gorra se acercó a ella mientras la miraba fijamente.

—Tienes... ¡Tienes que proteger a Luigi a toda costa!

—¡Daisy!

A cada palabra que decía su taquicardia iba aumentando.

—¡Él lo quiere Mario, lo destruirá!

—¿Qué? ¿De quién me estas hablando?

Un suspiro ahogado obtuvo por respuesta, la princesa tomó la mano del fontanero mientras trataba de mantenerse, pero todo era en vano.

—¡Prometemelo!

Mario entró en un estado de shock, ¿quién se había llevado a Luigi? Iba a soltar su siguiente pregunta pero fue tirado de sus prendas, soltando la mano de Sarasaland y sacándolo del cuarto para que los médicos trataran de mantenerla estable y a salvo.

Mientras un Luigi hacia todo lo posible para salir de aquellas rejas que lo mantenían prisionero, estaba agotado pero no podía rendirse.
Se abalanzó contra estas obteniendo un buen golpe dejándolo en el suelo, se quejó mientras trataba de sobarse y volver a levantarse. Pero dejó de hacerlo cuando escucho una horrible risa proviniendo del primer piso. Se alarmó así que hizo todo lo posible para ponerse de pie. Iba a dar un segundo intento pero se detuvo al ver un Boo con unas llaves.

—¿Qué estás haciendo?

—¡Dejame salir o te juro que yo!

—Eso iba a ser tonto.

—¿Huh?

—Aunque a el rey no le gustara que estés despierto, aún no es hora.

—¿Hora? ¿Qué? ¿El rey?

Antes de hacer otra pregunta, fue noqueado volviéndolo a dejar inconsciente. Se acercaba algo grande y peligroso.