Capítulo I

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El ruido era ensordecedor, la sala estaba llena de gente y la multitud se movía frenéticamente para saciar su sed por bailar, el aire se volvía más pesado a cada segundo, pero aquello importaba poco en esos momentos. La música envolvía por completo el cuerpo de los jóvenes que no paraban de menearse de un lado para otro.

Una pequeña junta terminó en un carrete de gran envergadura con un montón de personas, amigos, conocidos y completos extraños, pero eso no interesaba. A esas alturas de la fiesta ya todos estaban alcohólicos y drogados, y el desmán era tal que los vecinos ya habían llamado más de cinco veces a seguridad para que bajaran el volumen de la música, pero era imposible detenerlo.

Mientras los parlantes estaban a toda intensidad él miraba a la menuda chica que se movía lascivamente pegada a su cuerpo que seguía su ritmo sin detenerse. Tener a esa muchacha seduciéndolo era algo fantástico, delgada, de pelo largo y claro, con buen trasero y grandes senos, sin dudar era una oportunidad única y deliciosa. En su totalidad era obsceno rozando lo grotesco, pero en esas situaciones el plato ya estaba servido y no había vuelta atrás. Siguieron así varias canciones, acercándose cada vez más, frente a frente, y sin dar previo aviso las bocas de los dos jóvenes se unieron y el baile continuo ahora no sólo con sus cuerpos pegados sino también con sus lenguas que respondían a la melodía de la música.

El joven profundizó el beso y sintió el sabor fuerte del alcohol, pero no tenía claro si era por el vodka que había tomado o por otro licor que bebió ella, a fin de cuentas, eso ya no importaba. La chica con la habilidad de una borracha profesional tocó los músculos definidos de su abdomen subiendo por el pecho llegando limpiamente rodeando su cuello y terminar aferrándose de la cabellera negra para encontrar algo más de contacto. Sí, la palabra correcta para definir esa escena era obsceno. La manera que ella tocaba su cuerpo marcado y en la forma que el palpaba y agarraba la figura femenina, era completamente obsceno.

Sin saber cómo todo se encendió tan rápido, se encontró llevándola a una pieza entre besos apasionados y tactos lujuriosos cosa que despertó el instinto de ambos. Saliendo de la pista de baile, en donde todos estaban en condiciones igual de desvergonzadas, la levantó para llevarla a un lugar más solitario mientras dejaba marcas en todo su cuello. Estando tan ebrio se impresionó al aparecer enfrente a una puerta sin antes haberse caído o tropezado incluso. Ya dentro de la pieza y cerrando la puerta todo se volvió más caliente de lo que estaba, él apretujándole sin ninguna delicadeza los pechos mientras la chica gimoteaba y tocaba enloquecida el gran bulto de su pantalón.

Estuvieron así un buen rato entre tactos llenos de deseos y miradas que no veían nada más que piel, hasta que el joven ya no aguantaba, se la follaría ahí mismo, aunque no supiera ni el nombre de la chica, sólo era para disfrutar más la fiesta ¿no? Tiró a la chica a la cama volviendo a retomar ese beso sucio mientras se bajaba los pantalones y buscaba el preservativo. Cuando lo encontró y ya estaba a punto de llevar su plan de la noche a cabo lo sorprendió una llamada de su celular, el ruido irrumpió en la habitación que hasta ese momento se encontraba sólo con el leve murmullo de la música de la fiesta y los gemidos suaves de la chica. Desesperado e irritado tomó el aparato y contestó todo agitado empezando a gritar.

—¡¿QUÉ QUIERES IMBÉCIL?! —no había nada que lo enojara más que lo interrumpieran en algo tan importante.

—Kuroo que mierda, relájate —dijo Yaku al otro lado del celular—. Ni que estuvieras follando a alguien

Aunque esa negación era casi incorrecta, la voz de su amigo con un poco de humor le hizo calmarse. Por su cabeza sólo pasaba la idea de que cuando viera al enano le plantaría un golpe en la cara por arruinar el momento.

—Si no fuese por tu llamada lo habría hecho —la chica estaba muy emborrachada y bajo del cuerpo del azabache parecía como si no se hubiese percatado que el joven estaba con su celular, por lo que empezó a tocar el miembro con descaro siguiendo el juego—. Dime ¿qué quieres?

Déjame Amarte  // KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora