III

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Mientras los valientes generales del rey se adentraban al bosque de fasis, en la capital las personas ya se estaban dando cuenta del ataque a doroti y estaban buscando explicaciones, explicaciones que el rey no daba. No quería preocupar al pueblo, pues tenía la esperanza de que se tratara de piratas, ladrones, y no un ataque directo de algún otro reino.

-Solicitamos la verdad, mi rey. ¿No es usted tan poderoso como dice ser? -Gritaba un ciudadano- Debemos saber si se trata de la guerra, no podemos quedarnos acá, sería muy peligroso.

La gente estaba furiosa, la plaza estaba llena, esperando la respuesta de su rey.

-Callad a ese hombre, ordeno el rey.-No puedo mentirle a mi pueblo y les diré la verdad: Hace unos cuantos días doroti fue atacado, así que envíe a mis hombres de confianza a averiguar que ha sucedido en la ciudad, no puedo decir más, solo espero que no sean malas noticias, en cuanto a que si habrá guerra (Mirando a aquel hombre). -Son meras especulaciones, nadie se atrevería a invadir mis tierras, el pueblo puede estar tranquilo, la ciudad está a salvo.

Parecía que esas palabras lograron calmar un poco al pueblo y cada uno volvió a sus quehaceres, el rey entro en su templo.

-¿Estas preocupado, padre?

-Si, hijo, lo estoy. Es demasiado extraño que sucedan estas cosas, hay tratados, nuestras aguas tienen límites y están bien custodiadas, piratas no pueden ser, andan en embarcaciones pequeñas y siempre son dos o 3 barcos, pero estos... Son 30 y ni hablar de la flota, no se sabe de ella, temo que estos " Piratas" hayan atacado nuestro bloque. No sé qué está pasando, hijo mío.

-Todo estará bien, padre. -Dijo el joven príncipe-

-El rey bastante nervioso sabía que no era así y decidió salir lo más rápido posible de la capital con sus dos hombres de confianza, dejando a su hijo finn a cargo de la ciudad.

Así, el rey likan, junto a alena y anker, tomaron los caballos y salieron juntos los tres de las puertas de la ciudad, rumbo a doroti.

A unos varios kilómetros se encontraban narendra, annie y kiran. Ya en el bosque de fasis, la primera sorpresa que se encontraron es que había unos seres jodidamente asquerosos, olían y se veían feos, deformes como si acido les hubiera caído en todo el cuerpo, estaban completamente deformes, y había maso menos unos 50

De un lado estaba el escuadrón de 300 soldados con sus generales y por otro lado estaban las bestias asquerosas de las cuales el nombre nunca pude pronunciar bien, escribir menos. Pero les daré un nombre, el virus.

Y así fue, el virus ataco a los soldados con baba, ¿baba? Suponemos que sí. Pues salía de su boca, de cada uno de ellos. Resultaba que está baba era fuerte y si tocaba algún soldado el pobre moría derretido, era un químico fuerte. Los 300 hombres no tenían como atacar, pues si se acercaban a ellos y les atravesaban sus espadas se derretían y ni hablar de protegerse, los escudos ya ni existían, iban perdiendo y eso que el virus solo era 50 contra 300, bueno 306 con los generales y sus bestias. Era una batalla dura, estaban acorralando a el escuadrón, unos 30 hombres yacían muertos, con las partes de sus cuerpos derretidas, y las bajas seguían.

-¿Tienes idea de que hacer, narendra? -Dijo kiran- mientras el virus les acorralaba

-35, 36, 37, 38, 40, 42. Mierda, mis hombres, esto ya no es gracioso. -¿Me veo como alguien que sabe que hacer contra estas... cosas?

De repente... Annie dijo unas cuantas palabras, como si de conjuros se tratase, su piel era morena y al decir estas palabras sus venas brotaban de un color dorado, verla lanzar sus hechizos, era majestuoso. cubrió a todos los soldados en un campo que no podía ser atravesado por la baba. Era un hechizo, un campo azul, que les rodeaba.

-Supongo que eso nos dará tiempo, dijo annie. Debemos pensar y rápido, nos tiene acorralados. Mientras montaba en su león.

-Narendra: -Camaradas, hoy moriremos, ninguna batalla me a dado tanta vergüenza como esta, a mano de 50 cosas... que escupen su baba acida, que decepción. Planeaba morir en una gran batalla como un gran héroe, no aquí, los veré con los dioses. -Risas-

-Cállate, narendra. -Dijo kiran-. Lo he conseguido; FUEGO, necesitamos fuego.

-Sí , fuego. Quizás el juego los haga derretir o hasta explotar, cualquier de las dos, mientras nuestra muerte no sea hoy. Annie, abre el campo lo suficiente para poder lanzar algunas flechas pero sin que su baba llegue a mis hombres.

-Hare lo posible, señor.

Entonces kiran junto a narendra ordenaron a los soldados que alistaran los arcos y prendieran fuego a las flechas. Debían ser rápidos pues annie abriría unos segundos el campo para que las flechas salieran y cerrarlo al instante para que la baba del virus no llegara a los soldados. Y así fue:

-Preparen. (Decía narendra mientras miraba a annie). Apunten.

Annie se encontraba lista para abrir el campo y dejar que las flechas pasaran, era un contra reloj. Sucedió pues que annie abrió el campo y narendra grito -Fuego- Y salieron las flechas disparadas pero a su vez, las babas entraban al campo y mataban a unos cuantos hombres. Flechas y babas chocaban y esto formaba explosiones gracias al fuego, otras, por el contrario alcanzaban al virus y estos iban muriendo, unos por uno.

Los generales repetían el proceso una y otra vez. Soldados morían cada que el campo se abría y el virus se agotaba, para el anochecer todo el virus había muerto, con ellos también unos 100 hombres del reino, fue agotador, pero la batalla se ganó.

-Acamparemos aquí, dijo kiran.

-Sí señor, dijeron los dos generales con tristeza por las pérdidas.

Los soldados armaron unas cuantas tiendas y los generales estaban en la tienda más grande, hablando sobre lo ocurrido y lo que pueda pasar al llegar a doroti.

-Hoy tuvimos 100 bajas, no era un solo general, éramos 3. ¿Qué a sucedido?

-Sabes que sucedió kiran, no sabíamos que eran esas cosas, el bosque es peligroso, pero eso es nuevo, algo extraño está sucediendo. No tenemos la culpa, hicimos lo posible por salvar sus vidas. Annie hizo lo posible, no culpes a nadie.

-Debíamos salvarlos a todos, debíamos llegar completos a doroti, dijo annie. Pudimos hacerlo mejor.

-No es hora de lamentarse. -Dijo kiran- Narendra tiene razón, hicimos lo posible, pero era un nuevo enemigo.

De repente en la discusión un hombre interrumpe y dice:

-Mis señores, he aquí que el rey acaba de llegar con alena y anker, solicita verlos.

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⏰ Last updated: Jan 06, 2019 ⏰

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