25. Corazones rotos

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Habían pasado ya seis meses desde que la relación entre Yoongi y Hoseok iba viento en popa.

Hoseok había mejorado mucho en los ensayos, tanto que el profesor Park había dado luz verde para comenzar a ensayar en el teatro de Daegu usando ya la vestimenta. El escenario era inmenso, Hoseok no pido ocultar la felicidad que se alojaba en su vientre con solo imaginar los cientos de lugares vacíos ocupados por espectadores aplaudiendole de pie, orgullosos de su baile. Dios, no veía la hora en que la fecha llegara y debutara como un gran bailarín. La vestimenta le quedaba bastante bien. Tenía que usar medias blancas, zapatillas negras, un saco rojo con estoperoles dorados, una espada plateada y un sombrero que le daba aires de soldado. Estaba tan emocionado. Los ensayos eran cada vez más perfectos, aunque terminara cansado, disfrutaba mucho de los días yendo a la academia.

Cuando volvía a casa -pues se había mudado a la enorme casa de Yoongi-, preparaba el jacuzzi mientras bebía champán a la espera de su grandioso novio, Min Yoongi. Cuando su poderoso chico cruzaba la puerta, se lanzaba a sus brazos para dar rienda suelta a la pasión atrapada en sus cuerpos, haciendo el amor sobre la alfombra, el sofá, el pasillo, la habitación o el baño para terminar relajados entre la espuma del jacuzzi, contando sus actividades, bebiendo champán, riendo, robándose pequeños besos de vez en cuando o solo permanecer abrazados, en silencio, disfrutando de la presencia del otro.

Hoseok no deseaba que los días así, acabaran. Quería que fuera eterno, probar los labios de Yoongi, acariciar su cuerpo, escuchar su risa ronca, observar sus ojos brillosos, que se fundiera en él, que durmiera entre sus brazos. Que lo amara tanto como lo hacía él.

Yoongi era otro mundo, otro pensar, otro sentimiento. No sabia en qué momento se había colado en su piel a tal grado de pensar en su bella sonrisa en forma de corazón día tras día, segundo a segundo, desesperado por volver a casa y besarlo hasta ponerse duro de la excitación. Se sentía como un jodido adolecente, de esos que solo piensan en sexo, en locuras, en vivir rodeado de pasión y alegría. A pesar de ya ser adulto, su corazón era joven ante Hoseok y juró por Dios que jamás en su puta vida se había sentido de aquella forma, ni siendo un tonto adolecente. Su mejor amigo, J. Seph siempre se burlaba de él cuando lo tomaba desprevenido, sonriendo como un idiota, leyendo los mensajes de Hoseok. Sentía un golpe de fuego en su pecho con solo pensar en su chico, estaba colado por él ¡MIERDA! Si Hoseok se marchaba, si decidía abandonarlo estaba perdido... jodidamente perdido.

-¿Amor?- Le llamó su pelirrojo sacándolo de sus pensamientos. Estaba tan ensimismado acariciando sus brazos resbaladizos por el jabón, apoyando su mentón sobre la cabeza del menor.

-¿Mmm?- Parpadeó un poco.

-Te pregunto si vas a visitar a tu familia en día de gracias.

La idea de separarse de Hoseok lo obligó a despegarse de sus brazos y pegarlo a su pecho mientras ambos veían la pared cubierta de losas blancas.

Yoongi suspiró con los ojos cerrados.

-No lo sé... mis padres irán con mis abuelos, querrán que esté presente. Mi hermano vendrá esta vez de visita- Hoseok mordió su labio. -¿Y tú?

-Mis padres también harán una cena en casa de mis abuelos. Mi madre me llamó por teléfono en la mañana. Quiere que vaya.

-¿Y qué has pensado?

Hoseok se removió haciendo que el agua del jacuzzi se escapara por los lados, humedeciendo el piso. Buscó el rostro de Yoongi, sentándose entre sus piernas, colgando sus brazos por su cuello.

-Quiero ir... el único contacto que he tenido con ellos es por teléfono. Los extraño mucho.

Yoongi sintió un tirón de decepción al escuchar sus palabras, esperaba escucharle decir que no pero tampoco podía ser tan egoísta para retenerlo a su lado, aunque quisiera.

FANTASY【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora