Capítulo dieciséis: vencer una pesadilla.
Salgo de mi sorpresa inicial y me pongo de pie con rapidez para deslizarme a su lado. Tomo su cabeza y la llevo a mi hombro, beso su frente y con mi mano sostengo la suya que se encuentra sobre la mesa cerrada en un puño.
—Oye. Tienes miedo y eso es válido —susurro como si intentara arrullarlo y luchando contra las lágrimas—. Sé que no es tu culpa ser así, y no es que tengas una condición defectuosa o una enfermedad. No hay nada malo en ti.
—Lo hay.
—No, Michelle. Eres una buena persona que nunca ha lastimado a otra, eso dice mucho de ti como persona. Tus gustos sean hombre o mujer, no dictamina si eres bueno o valioso, no es una acción que vaya a hablar por ti como persona.
—Pero está mal, padre lo ha dicho, siempre. Ser un marica está mal.
—Ni siquiera te expreses así de ti —En mi interior lloro por este niño perdido—. Padre fue criado con otro tipo de creencia, una que no comparto. Afuera hay un montón de personas sintiéndose como tú, queriendo a personas del mismo sexo y no está mal. Créeme, yo tampoco lo entendía al principio, pero luego. Lo vi con mis propios ojos.
»Vi el amor de todos los tipos y formas. Es verdad lo que dicen, Mich. El amor es simplemente amor y es hermoso. No viene definido en culturas, sexo, religión, etnias o idiomas. Tú solo lo sientes y nadie tendría que juzgar a quién decides amar —Hago una breve pausa—. Bueno, siempre que sea consensuado.
— ¿No sientes asco de mí? ¿De lo que dije?
—No —Niego con mi cabeza para dar énfasis—. Creo que eres muy valiente al decírmelo, al decirlo en voz alta aun cuando te asusta. Creo que los hombres del mundo son muy afortunados de tener a alguien tan guapo dispuesto a enamorarlos —Intento bromear—. Creo que eres maravilloso y eres mi hermanito, te amo tal como eres y eso no va a cambiar porque te gusten los chicos.
—Padre va a odiarme —Alza la cabeza para verme—. Te despreció y desterró por divorciarte, a mí va a odiarme, se avergonzará y me echará de casa, yo lo sé. ¿Qué voy a hacer? No van a aceptarme en la comunidad de la iglesia, mis amistades, todos...Nadie puede saberlo.
Leo entrelineas y puedo vislumbrar que está viendo el esconder quién es como una opción para no perder lo que conoce, para no sucumbir al miedo de admitir ante todos cómo se siente y luego ser rechazado. No puedo juzgarlo por algo tan humano como temer.
— ¿Desde cuándo, Mich? —Mira hacia otro lado, tomo su barbilla con mis dedos para que me mire—. Oye, no te juzgaré. He aprendido a no hacerlo, a ser mejor persona. Puedes decírmelo.
—No me sentía como el resto cuando veía a las niñas en faldas, cuando ellas me hablaban o cuando una me besó. Pensé que solo iba retrasado al resto —confiesa en voz baja—. Luego entré al equipo de futbol y mis reacciones...Me asustaron y me salí. Me esforcé en salir con chicas y pensé que era como una cura, ¿Sabes?
»Pero fui un tonto, porque en mis seminarios para la iglesia y mi preparación, tuve un compañero, y se supone que lo que una chica debía causarme, me pasaba con él. Sentí mucho miedo, me convencí que no era real —Traga—. Un año y medio rezando, implorando que estas sensaciones desaparecieran. Todo ese tiempo rogando que padre no lo notara, que nadie notara cómo me sentía.
—Tuvo que ser angustiante.
—Se sentía cómo mutilarme, matar partes de mí. ¿Por qué tenía que ocultar cómo me sentía? ¿Por qué sería tan malo? —Sacude su cabeza—. Luego supe que no era el único en sentirse así, él también lo sentía y no pude mentirme más. Yo he pecado, no soy digno de llevar esto, no tendría que llevarlo —Hace alusión de su anillo de castidad y muerdo mi labio. Sus mejillas se sonrojan y sus ojos se humedecen de nuevo—. ¿Crees que estoy sucio?

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El Secreto de su Arte (#3 Saga InfoNews)
RomanceValerie Evans - la famosa presentadora del programa de televisión de talla mundial InfoNews - es descrita con palabras que van desde «reservada» a «conservadora». Ella tiene sueños, emociones y una vida reprimida. Criada bajo el yugo de unos padre...