CAPITULO 3

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Solo

Anson tenía sus brazos levantados, que situación tan incómoda pensaba, que mala noche como el resto del día, que imprudencia la de su amigo.

—Richard —dijo con un tono irritante.

—No digas nada, Parker —respondió sin bajar su arma, como de costumbre llevaba la misma que lo había acompañado durante su vida. Incluso tenía sus iniciales grabadas: R.J.

—Podrías dejar de apuntarme con esa cosa —dijo molesto.

—Eso lo decido yo —le respondió subiendo su tono de voz.

Anson movió sus ojos en dirección al suelo, estaba empezando a desesperarse, aún tenía frío, a pesar de que la sangre le hervía.

—Anson, te voy a pedir que vayas al suelo —dijo Richard, quien miraba el lugar detalladamente, sin dejar de apuntar a su amigo.

Anson pasó un poco de saliva, necesitaba un plan para salir de tan ridícula escena.

—¡Al suelo! — gritó.

—Esta bien —le respondió molesto, dándole un golpe hacia atrás, lo cual provocó confusión en Richard, quien inmediatamente volvió en si tratando de defenderse, lanzándole un golpe a su amigo, el cual le respondió incluso con el doble de fuerza, Richard cayó al suelo y se incorporó rápidamente, entre tanto forcejeo había olvidado el arma, Anson seguía golpeándole. Tanto que había conseguido dejarlo mal herido en el suelo.

—No hay nada en el bosque — Richard desvarío.

Anson se incorporó mirando por todos lados, observó el arma de Richard y sin pensarlo la tomó.

—No hay nada en el bosque —insistía Richard.

—¡Guarda silencio! —le gritó Anson, apuntándole esta vez él con el arma. —No vayas a levantarte —amenazó.

Anson caminó rápidamente por los arbustos sin dejar de apuntar a Richard, necesitaba calmarse estaba muy alterado, lo cual era extraño ya que era un hombre de mucha paciencia.

—¿Dónde esta Rosalie James? — inquirió Anson, quien no encontraba el cuerpo.

—Se fue de Oregón —respondió Richard.

—Ella nunca se fue. ¡Está muerta! —exclamo.

—Estas enloqueciendo.

Anson hizo un gesto y se fue encima de Richard, lo tomó fuerte de la solapas —Algo le paso a esa joven —dijo furioso, mientras al mismo tiempo lo arrojaba con tanta agresividad.

Se quedó tieso por unos momentos, estaba confundido «Quizás la persona que había hecho aquello, estaba jugando con él» pero como era posible que lo conociera también, ¿cómo es que sabía cuáles eran sus pasos?

—Escúchame bien, Richard —dijo, mientras lo seguía apuntando —Te levantarás del suelo y me ayudarás —¿Entiendes?

Richard giró sus ojos, estaba molesto, aún le dolían los golpes, sentía unas ganas de estrangular a quien creía su amigo, quería manifestarse lleno de ira, pero el hombre armado era Anson.

—¿Qué dices?—le preguntó Anson, guardando el arma.

—Al parecer no tendré otra opción —balbuceó sobre la tierra húmeda.

—Mira, ya empezamos bien — sonrió — Conoces muy bien tus alternativas.

Anson le tendió la mano, para ayudarlo a incorporarse, pero Richard le rechazó, pues la hizo a un lado. Mientras él se levantaba del suelo.

EL MISTERIOSO CASO DE ROSALIE JAMES © [PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora