Capítulo 32. Caidos

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¿Y si nuestro amor es sólo el resultado del capricho de la vida? ¿Y si los dos acabamos terminando mal? En  medio de esta amargura infernal. ¿Qué remedio tendré, más que el de caminar de la mano, de la luz que me queda.

Sentada, mientras todos están armando una estrategia para combatir la trampa que nos pone la Orden de las Rosas.

Hugo habla y habla, pero en mi cabeza sólo parece que mis huesos se rompen, el sonido se dispersa en mi, como si nada importante estuviera pasando.

Helios me observa, apenas hemos hablado, aún estoy molesta por haberme metido toda la una conversación en una bifurcación.

Ander por su parte ayuda a diseñar una forma de entrar a la nada, pues como nosotros no tenemos un artefacto parecido a su collar tendremos que tener sumo cuidado, o podríamos quedar alli por siembre.

—Necesitaremos qué Zafiro abra la bóveda, es la única forma que encuentro factible salir de esta, y evitar una catástrofe.—Al oír las palabras de mi hermano miro a Alex y Ebe, quienes tampoco están convencidas con ello, sin embargo muy en el fondo sabemos que Ander Dice la verdad.

Muerdo el interior de mi mejilla mientras me pregunto ¿Cuál es el capricho de quien esté escribiendo mi historia? ¿Por qué me pasa esto? Es decir, estaba bien, todo estaba bien hasta que me obligan a ser como mi madre, yo no quiero sentirlo todo, no quiero terminar odiando más de lo que ya odio a la humanidad... ¿Y si mi vínculo de vida pasa a uno de ellos? ¿Helios hará lo mismo que mi padre pretendió hacer?

No puedo seguir escuchando a Ander, así que me levanto de golpe y salgo de la habitación, sin escuchar o distinguir a quienes me llaman por el nombre para que me detenga.

Cuando estoy en el patio de la casa de Alex, me gustaría poder hablar con Ader, pero ella no está aquí pues el collar de mi hermano vino más fuerte de la nada, y simplemente la espanta. Consume sus sombras causando que se pudra por dentro.

Es así cuando me pregunto ¿Por qué aún yo me siento bien? Lior tiene el bastón de mi vínculo de muerte.  ¡Ay Dios son tantas preguntas!

Camino hasta la piscina olímpica que tengo delante mío, y sólo quiero hacer algo, así que al llegar a ella, me quito las botas y la las medias, y pongo mis pies en contacto con el agua.

Se siente tan bien, gracias a mis niños, sin ellos en mi, todo sería plástico.

Llevo mi cabeza hacia atrás, como intentando librar mis pesos, pero se siente realmente horrible, todo en mí da vueltas, porque pienso el Lior, y que en verdad quiero ayudarlo, al igual que a todos los que metieron en la nada. Andree está allí, mi mejor amigo, está allí, y yo, no estoy ahora para él.

—Debe ser horrible en tan sólo pensar ser como mamá—La voz de Alexandra venía acompañada de sus tacones chocando contra el suelo, tic, tic, tic, armonioso, sensual, elegante, como siempre.

La miro y suelto una sonrisa que se estoy segura se dibuja en mi rostro, como si fuera la persona más feliz del mundo, pero mi cabeza grita muy en el fondo que estoy por hacerme añicos.

—Es horrible—Suelto al fin, cuando ella se siente a mi lado, se saca los tacones y hunde sus pies en la piscina.

—Mamá no es mala Zafiro—Dice con un tono complaciente, vulnerable.

—Lo dices porque te criaste con ella, me hizo pasar horrores Alex, pero eso lo sabes, tu también lo has hecho... pero no es ser como ella lo único que me aterra, es...

El silencio se roba mi alma, y con ello se van mis ganas de hablar, hasta que es Alex la que termina hablando por mi.

—Es el hecho de que tus hijos pasen lo que nosotras pasamos, lo sé, y te entiendo perfectamente, por eso no me gustaría estar en tu posición, por que en verdad no querría que mis hijos estén separados, o no saber de la existencia de alguno... —Alex se acomoda el cabello tras la oreja, y sus ojos se iluminan de una forma extraña cuando su voz sale quebrada—Cuando me enteré de Ander, mi alma se redujo a nada, yo creí que lo sabía todo, que mi familia estaba dividida, pero que estaba, no que me faltaba una pieza en el rompecabezas...

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora