Capítulo 64. El miedo

381 69 2
                                    

Sobre las ruinas se construyen las mejores civilizaciones, esperemos que mi corazón siga esa misma lógica.

Saltamos de la nada, obedeci  a Nuria, hice el llamado a los dominis en una bifurcación. Pero lo que  ahora me pide es casi criminal, quiere que llame a René, el niño, es muy pequeño, y no quiero arriesgarlo, no así, mucho menos luego de lo que pasó  con Bruno.

—  No voy a llamar a René, con Saskia y Julia y Sofía  será  suficiente, sus tropas son numerosas, y hay muchos dominis  capaces.

—A René no le pasará lo mismo que a Bruno—Dice Tamirá un poco insistente mientras caminamos hacia un edificio, la gente pasa, y de la nada veo cómo unos se descompensan poniendo los ojos en blanco, pero luego vuelven a Caminar, Ámbar de verdad es súper rápida conviretiendo almas. 

—Eso es lo que me dices Tamirá, no te ofendas, pero en algunas predicciones has fallado, ¿qué me garantiza a mi que esta vez no lo hagas?

—Que somos dos personas las que te estamos diciendo que no, ¿No es simple? Sin René aquí tenemos 80% de probabilidades de perder...—Nuria suena enojada y sé que mi actitud da para eso, si yo estuviera de su lado sentiría lo mismo, pero René tiene 9 años, no lo voy a exponer, no hoy. 

—Pues me quedo con el 20%—Respondo —¿Cuál es la importancia de René en este asunto?—Inquiero cuando me detengo en medio de la calle, ni siquiera sé a dónde voy.

—MANEJA EL FUEGO—Gritan al unísono Tamirá y Nuria.

—Lo siento, pero  no hay forma, no voy a arriesgarlo— Mis pasos se vuelven más  rápidos  al ver que las personas que fueron transformadas nos siguen, ¡Mierda! Es muy  hábil  esta Ámbar.

Tamirá  comienza a crear pequeños anillos de energia que nos rodean, manteniendo la distancia de nuestros enemigos, el ambiente  se siente cargado de grafeno, y ya sé  que riesgo corremos si hacemos un paso el falso, yo no quiero debilitarme  para nada, aún  tengo una situación  que resolver con Zafiro y mis hijos, y cada segundo se siente  que las cosas se ponen más  feas.

Cuando me frenó en medio del pavimento siento el aire romperse, mis soldados acaban de llegar y la primera en reportarse es Ebe, ell me introduce  a una bifurcación, en dónde la puedo ver muy cerca del edificio al cual vamos caminando.

—Helios, noto la presencia  de grandes cantidades de grafeno—Su tono se llenó  de preocupación, la entiendo mejor que nunca— Y toda esa cantidad reconoce tu patrón de energía, creo que eres su único blanco.

—No me esperaba menos a decir verdad—La contestó cuando  estamos completamente  rodeados, mi alarma interior encendió  todas las luces, y no me quedó  de otra que preocuparme por si la barrera de Tamirá  resista, y si vale la pena ser caprichoso esta vuelta. De verdad no quiero arriesgar a René, no quiero que al niño le pase lo mismo que a Bruno, es muy pequeño como para exponerlo.

—Helios—La voz de mi segundo al mando me trae algo de tranquilidad y conciecia—Veo que estamos sin estrategia... pero vamos, que a veces da gusto jugar al todo o nada.

Dentro de la bifurcación  en la que metió  Andree veo que está  parado en el edificio de al lado con Saskia, Fer, Fran y Liza, quienes están prestos a mis órdenes. Eso  me llena de un poco de esperanzas.

El sonido de navajas frotándose una contra otra llamó nuestra atención, parecía  como si ese chirrido intentara invadirnos por dentro, volviendonos sordos, mis oídos comenzaron a doler, pero no me los cubrí, por que sé  que eso es lo que quiere que haga.

—¡Mis enemigos favoritos! —Grita Ámbar desde  el edificio de enfrente. Su voz retumba  en mi interior y quisiera e entender como lo hace. —Uyyy me encanta saber que están  aquí.

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Where stories live. Discover now