₀.₃ ɢʀᴇᴇɴ ᴀɴᴅ ʙʟᴜᴇ

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  −Es la primera vez que me dedican un color. −sonrió. −En realidad, no sé cómo sentirme en estos momentos.

    −Si nos llegamos a ver frecuentemente, es mejor que te vayas acostumbrando. −pausó. −Siento que me harás dedicarte más colores que sólo esos dos.

    Las horas pasaron, SeHun había dejado de pintar al rededor de las cinco de la tarde. Él deseaba ocupar más de su tiempo platicando con ChanYeol, así que al terminar de guardar todas sus pertenencias, sólo se levantó del banco y fue a sentarse en la orilla para observar cuando apareciera el atardecer. 

    −¿Vienes? −invitó a que el más alto se sentara a su lado, a lo que este no pudo negarse.

    Al sentarse, ambos se quedaron un momento apreciando esa hermosa vista que tenían al frente, era algo digno de mirar.

    −Oh, me habías dicho que hace unos años te acostumbraste a que los demás te miraran mientras pintabas. −rompió el silencio. −¿Eres famoso?

    Rió de manera suave. −No, anteriormente sí tenía gente que me apoyaba y me veía pintar, aunque nunca me sentí famoso. Pero todo dio un giro de trecientos sesenta grados cuando mi inspiración murió. 

    −¿Cómo te diste cuenta que había desaparecido? −el joven tenía mucha curiosidad por el pasado del pintor.

    −Hubo un suceso en mi vida que me derrumbó totalmente. Cuando pensé que lo había superado, no fue así. Seguí pintando, pero ya no me gustaban los colores, me sentía incómodo, por ende ahora sólo pinto en blanco y negro. −con toda confianza le empezó a contar sobre su vida.

    −Pero el retrato que estás pintando ahora tiene colores y si te doy mi opinión personal, me parece que va bastante bien. −finalizó con una expresión de seguridad mientras colocaba sus dos manos adelante de su rostro con forma de puño y en su labios se podía leer un 'fighting'.

    −Es bueno que te esté gustando, pero como te había dicho anteriormente, me incomoda usarlos, siento que ya no son mi fuerte. −expresó con tristeza. −Además, será mi último retrato.

    −¡Me dijiste que lo pensarías cuando lo terminaras! −exclamó levantándose de donde estaba sentado. −Y aún no lo has terminado... −calmó su expresión y nuevamente se sentó.

    −¿En serio me tienes esperanza? −lo miró a los ojos.

    −Sí, sé que puedes volver a ser ese pintor que me cuentas, el que triunfaba y se sentía bien con lo que hacía. −confirmó con mucha seguridad.

    −Gracias. −sonrió. −Es bueno saber que alguien aún me apoya y tiene esperanzas en mi persona y trabajo.

    −No hay de qué. −al igual que SeHun, él sonrió.

    −¿Te han dicho que tienes una sonrisa hermosa? −armando de valentía, optó por preguntar.

    −No realmente, pero me han dicho que soy muy extrovertido. −pausó por unos segundos. −Tu sonrisa también es hermosa. −dijo algo apenado.

    −No me mientas sólo para quedar bien.

    −¡No es mentira! ¡De hecho, es la más radiante que he visto! −vociferó, finalizando con un puchero. −¿Por qué no me crees? −cruzó sus brazos.

    Rió. −Está bien, no tienes por qué montar un pequeño drama. −no pudo evitar decirlo todo mientras sonreía. −Te creeré, así que tú también cree en lo que te dije.

    −Te creo. Ahora como sé que te gusta, sonreiré siempre.

    −Le haces un favor al mundo, siendo más realistas, a mí mundo.

    Apreciaron el atardecer juntos, riendo y conociéndose. SeHun  pensó que nunca se iba a sentir de esa manera nunca más, definitivamente ChanYeol es un rayo de luz que puede iluminar hasta los más oscuros escenarios.

    −Te veré mañana. −fueron las últimas palabras que ellos dos intercambiaron por ese día.

    Ya se había hecho tarde, por ende cada uno tenía que ir por lugares distintos, con las esperanzas de volver a encontrarse al siguiente día.

    SeHun no poseía de un teléfono inteligente, es más de ningún medio de comunicación, ya que anteriormente no tenía con quién hacer plática, por lo que no pudo darle su número. Gracias a lo sucedido estaba pensando seriamente en comprarse uno para poder tener más contacto con él más tiempo, no sólo unas pocas horas al día.

    Con el paso de los días, ambos se iban conociendo cada vez mejor, amaban pasar tiempo el uno con el otro, despertando un interés más profundo, una conexión inevitable.

    Dos semanas después, SeHun estaba a punto de terminar su pintura y como le había prometido a ChanYeol, tenía que elegir si iba a continuar como un pintor o renunciar en su totalidad. Por dentro sentía que si lo dejaba, él se iba a alejar poco a poco por sentirse decepcionado.

    Al llegar a su destino, colocó sus pertenencias en el suelo para ir a buscar un banco y por fin terminar esa retrato que había empezado sin esperanza alguna. Ese día se sentía apagado, no era como los demás, a los minutos empezaron a caer gotas de agua encima de la pintura, alarmándolo. Recogió sus cosas de una manera tan rápida que logró salvarlo.

    −¿Por qué justo el día donde iba a culminar mi pintura decide llover? −preguntó quejoso.

    −No importa, la puedes acabar mañana. −respondió ChanYeol que apenas acababa de llegar con su paraguas.

    Tiró todas sus preocupaciones a un lado cuando él llegó. −Tienes razón, no sé de qué tanto me quejo... −suspiró mientras se apoyaba en la pared de una cafetería cerrada.

    No importaba si el ambiente se tornaba apagado y frío, el hecho de que ChanYeol estuviera a su lado, eliminaba todos sus problemas. En su mundo con él, todo era alegre, lleno de cálidos colores aunque por fuera fuese todo lo contrario.

    −¿Sabes? Ayer estuve pensando en otros nuevos colores para dedicarte. −admitió avergonzado.

    −¿En serio? ¿Cuáles? −preguntó entusiasmado.

    −Son el verde y el azul cielo. El primero es porque me das esperanza de ser alguien mejor y el segundo es porque me brindas protección. No lo sé, cuando estoy a tu lado me siento así. −culminó y en sus mejillas se notaba un leve sonrojo.

    −Me siento mal por no dedicarte nada. No soy bueno en eso, pero puedo cantarte.

    −No me opongo a esa idea.

    ChanYeol comenzó a entonar las canciones que se sabía. SeHun  no necesitaba que él le dedicara colores u otras cosas, el simple hecho de estar a su lado brindándole compañía, lo hacía feliz.




















Colors; ➳ ᴄʜᴀɴʜᴜɴ ; sᴇʏᴇᴏʟWhere stories live. Discover now