LA AVENTURA

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-Está bien, lo hare- dije como saludo de buenos días, Karl me sonrió enigmáticamente y se puso a listar a toda velocidad lo que podríamos necesitar en dos maletas muy grandes.

Emprendimos nuestra aventura a las nueve de la mañana según mi reloj terrícola, el clima tropical nos permitió avanzar con gran entusiasmo por el frondoso bosque, dos horas después mi espalda dolía en sobre manera y mi camiseta estaba tan mojada por el sudor, aun así no quise parar en las diez veces que Karl me insistió, sabía la importancia que tenía para él aquel descubrimiento y no quería que se atrasara exageradamente solo porque mi físico es terrible.

Íbamos guiados por el corazón de Karl, supongo que es algo que se desarrolla cuando se lleva mucho tiempo en el gremio de la ciencia, o solo tal vez era el instinto de supervivencia del cual claramente yo carecía.

No entablamos conversación, supongo que aquello nos haría perder el tiempo, Karl paraba cada media hora terrícola para revisar si las condiciones del suelo, los árboles o las rocas habían cambiado en alguna forma. Aquello me asombraba demasiado, su gran inteligencia, tenía una sabiduría tan grande que con solo una mirada cualquiera podía ver que Dios lo había dotado de una gran capacidad intelectual que no era necesaria comprobar con palabras.

A medida que pasaba el tiempo me empezar a preocupar por la inmensidad del bosque, cada vez más frondoso y difícil de transitar, mi cuerpo se sentía más pesado ni que decir de la gran maleta en mi espalda. Los arboles empezaron a mostrar sus frutos, unos que no conocíamos y ni nos atrevimos a probar. Karl tomo cada fruto nuevo y los guardó.

Llegamos a la linde de un claro o así fue como decidí llamar al extraño lugar que nos mostró el cielo por primera vez en muchas horas.

Era humedal, todo era musgo de color lila, igual que la tierra en el bosque y en ciertas privilegiadas partes se podía admirar el agua cristalina que en su interior mostraba unos pequeños peces, sus colores eran extraordinarios, turquesa, aguamarina, verde azul, y toda mezcla de colores que nadie sería capaz de imaginar.

A Karl le pareció buena idea almorzar allí, me fije en él por primera vez en muchas horas, grandes gotas de sudor resbalaban por su frente, su camisa estaba igual de empapada que la mía y su expresión de cansancio horrible, aun así puede ver el brillo de sus ojos, el gran placer que le generaba aquella aventura, ni siquiera el título de ingeniero pudo hacer que consiguiera semejante brillo.

Cuando mi estómago estuvo lleno y mente ya no estaba entumecida por el cansancio, puede sentir y admirar con claridad los cambios que el bosque tenía allí. El olor de vainilla y café ahora era reemplazado por el olor a manzanas y chocolate. El clima ya no era tropical, sentía frío como el que hace en Bogotá a las seis de la mañana. Los árboles de los que quedaban tras cruzar el humedal eran morados como los Jacaranda mimosifolia, con la única diferencia de que sus ramas crecían en la forma que lo hacen las de los pinos.

Aquello era todo un espectáculo a los sentidos, producía un satisfacción enorme estar allí, sentado, admirando lo maravillosa que es la naturaleza y con un toque de nostalgia el saber que así podría haber sido la Tierra sino hubiésemos cambiado su ciclo natural.

-¿Crees que ya estemos cerca?- pregunte a Karl después de que los dos acabamos nuestra fruta enlatada.

-Supongo que sí, este lugar ya no parece tan extremo y hostil como en el que estábamos, creo que en un par de horas nos encontraremos con la primera civilización-

-¿Cuál es tu teoría respecto a ellos?-

-La diferencia de gravedad les debió permitir crecer un poco más que nuestro promedio, intuyo que medirán más de dos metros. Su sistema respiratorio es igual al nuestro, o sino, tu y yo ya estaríamos muertos. Creo que son agrícolas y pescadores. Son pacíficos y deben vivir en armonía con la naturaleza, de lo contrario mi querida Frida, este lugar sería muy diferente-

-¿Y si te equivocas? Mi querido Karl-

-No lo creo- pongo los ojos en blanco y él ríe con entusiasmo. -¿Lista para continuar nuestra travesía?-

-Claro- que gran mentira, lo único que quería en ese momento era dormir.


-Paula-

LILA (CIVILIZACIÓN PERDIDA)Where stories live. Discover now