LA CIVILIZACIÓN

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Karl no se equivocaba. Finalizando la tarde, en pleno auge del ocaso, (muy similar a los que se aprecian en Alaska) nos encontramos con el primer rastro que nos demostró la humanidad existente en este planeta.

No había carreteras, ni edificios, ni autos. En cambio habían águilas, muy muy grandes, transportando a humanos que como predijo Karl median de dos a tres metros. Sus casas, algunas reposaban en los árboles y otras en suelo color lila, todas eran en forma de cúpula, envés de ladrillo, sus paredes eran de cristal, obviamente era grandísimas y muy modernas.

Nos mantuvimos un buen rato escondidos entre los arbustos que marcaban el final del bosque morado, admirando aquella comunidad y como se comportaban entre ellos, en ese momento me sentí tan orgullosa de tener un amigo como Karl. Todas y cada una de sus suposiciones acerca de estos nativos era cierta, parecía muy amables, en lo que más pudieron intentaron no alterar la naturaleza, la mayoría de las casas tenía invernaderos o tierra arada. Articulé un "tenías razón" con los labios, el niño de cinco años volvió a sonreírme y guiño un ojo para mí.

-¿Qué hacemos ahora?- pregunte en un susurro.

-Hablar con ellos-

-¿Cómo?-

-Ahí es donde entras tú, Frida- subí mis cejas con sorpresa, a la vez que le lanzaba una mirada de desconcierto. –Yo nos traje hasta aquí, es tu turno de trabajar y entablar conversación con ellos- me fue inevitable no reírmele en la cara, aquello era completamente absurdo. Sin embargo Karl no se rio, entonces comprendí que hablaba muy en serio. Solté un exagerado suspiro y me incorpore todo lo que el peso de la maleta me dejó.

-Está bien, pues vamos- Avance hasta quedar a una distancia de lo que me pareció prudente con Karl a mi lado, aquellos seres aún no se habían dado cuenta de nuestra presencia. Tome todo el aire que mis pulmones me permitieron y hable en voz fuerte.

-HOLA, SOMOS HUMANOS Y VENIMOS EN SON DE PAZ-

-¿en serio dijiste eso?- me susurró Karl en un todo regañón.

-¿Qué querías que dijera? Soy mala con las palabras- susurro de vuelta.

-Ay por Dios, Frida, ¡eres escritora!-

-Es muy diferente-

-Es lo mismo, no creo...-

-Ya terminaron su discusión- nos dijo una vigorosa voz masculina. Ambos giramos nuestra cabeza hacia la voz con demasiada rapidez. El hombre nos sonríe de forma divertida. –Tayara ve con Atlas y dile que los humanos ya llegaron- ordeno el hombre dirigiéndose a una gran mujer vestida con un vestido de color crema que la hacía parecer una diosa griega. Ella un tanto impresionada de nosotros salió corriendo a cumplir su orden. El hombre estaba vestido como los campesinos lo hacían en la edad media y parecía muy amable. –Mi nombre es Pyrone y es un placer tenerlos aquí- él extendió su gran mano hacia nosotros y la estrechamos. –Atlas es nuestra... mmm... como llamarla para que ustedes lo comprendan... digamos que reina en un sentido ambiguo-

-Un gusto, yo soy Frida- dije dándole un gran sonrisa.

-Gracias por recibirnos, soy Karl- Aún le brillan los ojos y su sonrisa era sin duda más natural que la mía.

-Ah perfecto, como Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón y Max Karl Ernst Ludwig Planck, grandes figuras de la historia ¿no es así?- preguntó amablemente conociendo su respuesta.

-Sí, Frida una gran pintora y activista, lucho por la mujer y sus derechos en sociedad y Karl Planck el físico matemático fundador de la teoría cuántica- por supuesto un nerd hablando con otro nerd, Pyrone pareció muy a gusto con Karl. Yo mientras tanto está en una mezcla muy asquerosa de emociones y pensamientos pasando por mí como un tornado y estaba comenzando a marearme.

LILA (CIVILIZACIÓN PERDIDA)Where stories live. Discover now