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Un aroma delicioso llegó a mis fosas.

Abrí los ojos lentamente y me encontré con la mirada de Renji.

- Buenos días... -susurro dulcemente mientras acariciaba mi mejilla-

- Buenos días... -sonreí y me acerqué a él para plantar un beso en sus labios.

Acaricie su cabello y me acune en su pecho, de inmediato me enrollo con sus brazos y sonreí.

- Me gusta está marca que tienes aquí -dijo acariciando el área donde se encontraba su mordida-

Subí mi mano a la suya sobre la mordida y sonreí más amplio.

- Gracias

Me levanté para mirarlo y pegue mi frente a la suya.

- Gracias por no rendirte conmigo, Renji -cerré los ojos disfrutando de nuestra cercanía y sonreí al abrir los ojos y ver que él hacia lo mismo-

- Te hubiera seguido aunque me hubieras rechazado mil veces, Rin -abrió los ojos y entrelazo nuestros dedos con los anillos- La verdad esa vez en la recepción no era la primera vez que te veía.

Lo miré confundido y presté mucha atención a lo que decía.

- Cuando ingresé a este instituto un día llegue tarde por ayudar a mamá con la mudanza de mi hermana y te vi en la entrada del colegio estático sin saber que hacer, luego entraste, pero pude notar como apretabas los puños.

» Me pareció que estabas sufriendo... Días después mientras descansaba bajo el árbol de las clases de educación física fije la mirada en ti, me sorprendí mucho al verte, pero te veías tan pacífico y calmado que yo también me llene de paz.
Los años pasaron y cada vez que daba educación física me sentaba a verte, como hacías pucheros por no entender algo o como estabas decaído aveces, pero nunca me atreví a hablarte... El día que nos conocimos estaba ahí a esa hora entregando unos documentos que se le perdieron a alguien los cuales encontré cuando corría por el área, por si no sabías, salgo a correr muy temprano en las mañanas. Justo llegaba el guardia de seguridad cuando un aroma delicioso y único llegó a mi, cuando te miré y te reconocí todas mis alarmas se encendieron, él es mi alma gemela... No tuve dudas de mis sentimientos en ese momento, pero te vi con miedo y desesperado sabía que a pesar que me dolía y las ganas de quitarte la ropa y marcarte eran sobrehumanas, pero no lo iba a hacer... Cuando me rechazaste, Dios... pensé que iba a morir, no sabía que hacer así que hable con Ayano para ver si sabía algo sobre el porque del rechazo y me explico sobre tu situación familiar, de inmediato hable con mi madre y ella me aconsejo, de verdad quería ver una sonrisa en tu rostro todos los días... y yo quería ser la razón de estas. Para mi, Rin, eres todo.

Estaba muy sorprendido que no noté las lágrimas bajar una tras otra por mi mejilla.

- No llores, Rin... -se acercó y besó cada ojo para darme un pequeño beso en los labios.

- Gracias... de verdad muchas gracias, soy muy feliz de verdad -le sonreí ampliamente y lo abracé.

Nos quedamos así en la cama por un largo tiempo hablando sobre nuestros pensamientos y gustos conociendo más uno de otro, fortaleciendo la relación.

- ¿No tienes hambre? -pregunte y asintió-

- Mucha la verdad -reí y me senté en la cama, aunque sentía dolor en las caderas.

- Me duelen las caderas -dije y mire como se reía-

- Lo siento, ayer me emocioné -se rasco la nuca nervioso y baje las piernas de la cama con cuidado-

- Bueno, ahora toma la responsabilidad de tus acciones y ayúdame a bañarme

- Si, capitán -hizo voz de soldado y reí.

Déjame AmarteDove le storie prendono vita. Scoprilo ora