White Honeymoon ~ 2ª Temporada de East Of Heaven

Capítulo 9

VALE VALE VALE VALE VALE OH DIOS SANTO CHICOS EAST OF HEAVEN HA LLEGADO A 2 MILLONES DE VISITAS.

2 MILLONES DE VISITAS

ME MUERO FASGDASJGHK

Muchísisisisisisimas gracias a todos y todas.. dios mío, no me lo creo. ¡2 millones! ¡MILLONES!

No sé cómo agradecerlo... aunque espero que con este capítulo pueda compensarlo un poco. Sé que os dejé con las ganas de Ziall smut así que bueno, todo el capítulo entero va sobre eso. Y sí, he puesto detalles. Los justos, porque esto no se me da muy bien, pero he puesto.

Gracias. Muchas gracias. Me habéis ayudado a decidir a lo que me quiero dedicar. Os estaré agradecida siempre por haberme dado esta oportunidad.

Me metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta con la esperanza de mantenerlas a salvo del gélido aire que soplaba aquella mañana. Personalmente me encantaba ese tipo de clima tan húmedo y frío, ya que eso de cierta manera implicaba el quedarse en casa encerrado sin que nadie más que Niall pudiera hablar conmigo.

No me gusta la gente; de hecho, no me gusta que la gente malgaste su saliva hablándome. A ver, que si quieren desarrollar un monólogo (y digo monólogo porque no pienso responder a sus idioteces), pueden hacerlo. Pero que, vamos, me importa una mierda lo que les haya pasado a lo largo de sus vidas y los planes de futuro que estén maquinando. Podéis llamarme insociable, o estúpido, pero al menos me ahorro las falsas amistades.

Así soy yo: piso fuerte, dejo huella, pero la dejo en medio de una carretera recién asfaltada para joderles la existencia a todos.

Sonreí al pensar lo frustrante que le resultaría mi presencia al resto de la humanidad.

Después de un par de minutos andando a toda prisa llegué a la famosa pastelería, la cual parecía que acababan de abrir. Mis botas Timberland y yo cruzamos la calle tranquilamente haciendo esperar a todas esas personas cuyas vidas me resultaban bastante penosas, permitiéndoles observarme por unos segundos; pocos, por eso, si quisieran mirar más tendríamos que negociar.

Y por lo de penosas, antes de que nadie me malinterprete, diré que era como resultado de no tener a alguien como Niall en sus vidas.

Mejor ahora, ¿no?

Saqué una de mis manos del acogedor bolsillo de mi abrigo y la apoyé sobre el frío picaporte de latón, enfriándome los dedos al instante. Al abrir la puerta del local unas campanitas tintinearon sobre mi cabeza, llamando la atención de una mujer que hacía cola esperando a ser atendida.

-Buenos días -saludé acompañando mis palabras con un leve asentimiento de cabeza y una de mis mejores sonrisas de conquistador.

-Buenos días -su dulce sonrisa me recordó a la de mi madre cada vez que le hacía un cumplido-. Y feliz año nuevo.

Yo me limité a repetir mis gestos anteriores sin decir palabra; si seguía asintiendo de esa manera me confundirían con un chino.

Un hombre de baja estatura y pelo canoso apareció por una puerta que conducía al almacén de la pastelería sosteniendo una tarta de chocolate entre sus manos.

-Aquí tiene -después de meterla dentro de una caja de cartón de esas tan elegantes típicas de pastelería, la colocó sobre el mostrador, animando a la mujer a cogerla.

Ella se disponía a abrir su monedero para pagar cuando mi móvil sonó bajo la tela de mi abrigo. Lo saqué perezosamente olvidándome de las dos personas presentes y eché un vistazo a la pantalla. El nombre de Niall brillaba justo en el centro del aparato junto a un corazón, el cual llevaba ahí bastante tiempo.