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-Vamos a ir al orfanato -instruyó jughed -Pon a tony en la línea -caminó hasta su oficina y cerró la puerta tras él. Buscó su móvil en su pantalón para marcar a la Fundación Da Revien e informar que él y su secretaria iban a asistir a la cena de esa noche. Sonrió al guardar su móvil. Seguro, esa noche, la encargada iba a buscar los libros para mostrárselos y ver que todo estaba en orden. Él era el más quisquilloso de los benefactores del orfanato.

Betty observó la puerta cerrada de su jefe. ¿Desde cuándo, él confirmaba sus citas y sólo cuando acababa de recibir la invitación?

-Querido, llega a casa temprano -pidió Tony seductoramente -Quiero pasar una hora contigo, antes de que vallamos al...

-Lo siento pero tengo otros planes, Tony -jughead la cortó antes de que ella comenzara su seducción oral.

-Pero bebé... Me prometiste que te iba a ver ésta noche.

-Yo no prometí, Tony, sólo dije que tal vez te hablaría. Voy a ir al orfanato -jughead se sorprendió por la rudeza de sus palabras para con su amante en turno. Estaba contento, por anticipado, porque Betty lo iba a acompañar. Claro sólo la llevaba por su eficiencia con los libros de contabilidad.

-Te necesito -susurró descaradamente por el móvil -Has sido un niño travieso, jughead , querido -escuchó su sonrisa, intentó de su seducción -Te voy a atar a la cama...

Por primera vez, jughead, era inmune a la conversación erótica de Tony. Ella era extremadamente sexy, tenía las piernas más largas que parecían no tener final, curvas en los lugares correctos y lo mejor, ella sabía como complacerlo. Algunas veces, se excitaba con sólo imaginarse las pierna de Tony enredadas a su cadera, pero ya no. Era señal de que tenía que dejarla, pues, ya no lo llenaba en los últimos días. Era mejor terminar la llamada.

Los ojos azules de Betty estaban fijos en la luz roja de su teléfono, señal de que jughead seguía hablando con su amante. Algo se removió en su estómago. Era seguro de que él estaba teniendo sexo por teléfono con ella, hasta que en la noche terminaran lo que comenzaron en la tarde.

¡Necesito una vida y un novio!

Se removió en su asiento, molesta. Abrió los estantes de su escritorio, sin razón, y los azotó.

¿Cómo voy a encontrar a un novio?

- ¡Betty!

Corrió hasta el intercomunicador.

-Sí, señor

-Quiero que se vaya a su casa para que descanse y éste lista a las siete. Va a ser una noche larga. Vamos a revisar los libros del orfanato.

Sí él decía "revisar" quería decir que iban a checar que cada centavo estuviera justificado, que cada factura estuviera en regla y que los donativos estuvieran al día. Betty resopló por lo bajo, al imaginarse cuatro horas en el orfanato. Aún así, era una oportunidad para pasar tiempo con él, un poco de alegría lleno a su corazón y un poco de molestia por revisar la contabilidad.

Betty estaba, inusualmente, cansada. Necesitaba ir a su casa para tomar un baño de relajación en su tina. Sí se apresuraba, podía descansar una hora antes de que jughead pasara por ella a las siete.

-Está bien -respondió, apagó su computadora y enruto su teléfono al conmutador de la recepcionista. No podía esperar a que fueran las siete. Sabía que vestido iba a usar para jughead... Bueno para la cena en el orfanato.

Después de un relajante baño en la tina, Betty ,se recostó en su cama, puso el despertador media hora antes de que llegará jughed . Se sentía refrescarse en el momento en que se vistió, se paro frente al espejo, soltó su cabello para que callera libre por su espalda. Se echó un poco del perfume que tanto le gustaba a jughead. Se preguntaba sí tenía un poco de vino, para calmar sus nervios. Faltaban cinco minutos y se olvido de esa idea cuando escucho que alguien llamaba a la puerta.

𝕾𝖊𝖉𝖚𝖈𝖎𝖉𝖆 𝖕𝖔𝖗 𝖒𝖎 𝖏𝖊𝖋𝖊(𝖇𝖚𝖌𝖍𝖊𝖆𝖉)Where stories live. Discover now