𝐁𝐔𝐑𝐍𝐄𝐃 ━ ALFIE SOLOMONS

014

—Lou.

La pequeña figura enterrada bajo las colchas se dio la vuelta en respuesta a la voz de Alfie. Un gruñido ahogado vino de abajo y él se rió entre dientes.

—Lou, buenos días, amor.

Alfie tímidamente extendió la mano y apartó las mantas de sus pies para poder hacerle cosquillas. Louise chilló y se acurrucó en una bola para alejarse de él.

—¡Alfie!

Ella tiró las mantas hacia atrás y le lanzó una mirada de disgusto.

—No es justo.

—La forma más fácil de sacarte de la cama.

Él sonrió y su pecho se apretó cuando ella emergió. Sus rizos despeinados y sus ojos azules eran su mayor debilidad.

—¿Cómo es eso? Ya estoy vestido y todavía tú estás holgazaneando.

Él bromeó y se inclinó para tocar su mejilla.

—Porque me mantuviste despierta toda la noche, hombre insaciable.

Ella replicó y se enderezó para besarlo. Pero Alfie se apartó antes de que ella pudiera.

—Cosas por hacer. Vamos al campo.

Louise se sentó y se desperezó.

—¿Qué tipo de negocio tienes en el campo?

—Nunca dije que tuviera que ver con los negocios.

Él se encogió de hombros y se tomó un momento para apreciar su forma en el camisón apenas visible mientras ella se inclinaba para abrir un cajón.

—No puedes evadir preguntas y comerme con los ojos, Sr. Solomons.

Él sonrió y se pasó una mano por el cabello.

—Sólo prepárate para ir—se dirigió a la puerta pero se detuvo—. A menos que te resulte difícil caminar, ¿sí? después de anoche.

—Bastardo descarado.

Louise le arrojó una blusa y el rubor se extendió por sus mejillas. Se rió y se retiró escaleras abajo antes de que el deseo se apoderara de él y nunca salieran del dormitorio.

De hecho, sí había trabajo por hacer.

[...]

—Podrías haberme dicho que íbamos a visitar a Tommy.

Louise no levantó la vista de su diario. Su bolígrafo raspando el pergamino llenando el espacio entre ella y Alfie. Frunció el ceño.

—En el área, ¿no?

Ella dejó escapar un zumbido bajo. Los que rodeaban a Alfie sabían que mentía por omisión.

—Debería haberme dado cuenta.