Un perro llevaba en la boca un pedazo de carne, cuando se disponía a pasar un rió, vio reflejada la sombra del pedazo de carne que llevaba en el hocico, viendo que la carne que se veía en el agua era más grande y jugoso que el que llevaba consigo.
El perro se quedó quiero un rato mirando fijamente la imagen, hasta que abrió la boca para agarrarlo; al hacer esto, el pedazo de carne que llevaba se le cayó al agua, quedándose el pobre perro sin ambos.
Moraleja: siempre perdemos lo que tenemos seguro, por tratar de tomar algo que no nos pertenece.
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