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Michael se fue a trabajar con una sensación extraña en el pecho

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Michael se fue a trabajar con una sensación extraña en el pecho. Era un vacío muy incómodo que permaneció todo el día, volviéndose más profundo cuando esperó por West y este no se apareció por la casa durante la noche.

Cuando se fue a la cama estaba muy cansado, pero no durmió nada.

Ansioso, se asomaba por la calle durante las noches y permaneció en ese estado hasta una semana más tarde, cuando cedió a sus impulsos y le marcó al teléfono un montón de veces, pero él nunca contestó. Sin embargo, Michael no se detuvo, le escribió mensajes casuales y le dejó un mensaje de voz esperando que a la mañana siguiente apareciese una respuesta, alguna explicación a la extraña manera en que había desaparecido.

Esa respuesta nunca llegó.

La primera vez que el teléfono sonó después de que él se fuera casi saltó de su sitio, sin embargo, no era West. La llamada era del trabajo, querían avisarle que su solicitud de vacaciones había sido aprobada y debía presentarse en la empresa para firmar los papeles que le liberaban las siguientes semanas, pero él se reportó enfermo.

—Iré mañana, lo prometo —dijo tapándose la nariz. Luego se quedó en la mesa, mirando por enésima vez la nota, con una concentración que en su vida había demostrado.

Aquello era extraño para él, básicamente algún ser divino le había cumplido la petición que llevaba haciendo desde hace un buen tiempo: que West se fuera de la casa, sin embargo, ahora que aquello era una realidad comenzaba a sentirse peor que un adolescente deprimido

Tratando de ignorar el sentimiento se sentó frente al televisor buscando algo interesante que hacer. Cambiaba de un canal a otro, como lo hizo durante los días anteriores, hasta que encontró algo interesante, un especial de cine de culto, bueno para el frío y bueno para la soledad, o eso es lo que pensó al principio, porque después de la primera película se halló a si mismo hablando solo.

—Ha sido interesante —repetía esperando una respuesta que no iba a llegar.

A mitad de la siguiente película tomo el móvil y comenzó a revisar todo como si fuese a encontrar "algo" que apaciguara lo que estaba sintiendo.

Se acabó todos los posts de las páginas que le recomendaba la publicidad, comentó en estados de gente con la que casi no hablaba, mantuvo una breve conversación con un tipo que siempre le invitaba a salir y que por regla general era un pesado al que no le respondía los mensajes y terminó tumbado en el sillón, mirando al techo, contando las manchas que se hicieron con el tiempo.

¿Porque había faltado a trabajar?

De repente estaba seguro de que poner a la gente en contra de su familia o echarlos a pelear por la división de terrenos indivisibles era mucho menos cansado que permanecer acostado en el sillón.

—¿Que estoy haciendo? —se preguntó irguiéndose para poder tomar el móvil en busca del número de West y tratar de hallar nuevamente una respuesta a lo que estaba pasando. No estaba seguro de porqué, no tenía nada en concreto, solo un sentimiento, una intuición, la necesidad de que le explicaran que había ocurrido, pero finalmente volvió a quedarse sin respuesta cuando no le tomó las llamadas.

Navidades con los MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora