Capítulo 28

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Violet

13 de noviembre. Me levanté sabiendo que hoy era un día distinto. Al mismo tiempo era como los demás, pero tenía un significado diferente.

No me da tiempo a despertarme del todo cuando mi móvil comienza a sonar.

—    Feliz cumpleaños, cariño — el tono de voz de mi madre es suave, ella parece que también se acaba de levantar.

Le doy las gracias y seguimos hablando, aunque sé que como no me dé prisa voy a llegar tarde. Es difícil desprenderme del teléfono, oigo a Mary que me llama desde la cocina.

—    Te echo mucho de menos, mamá.

—    Yo a ti también, pero en cuanto te des cuenta ya estoy de vuelta.

Me promete que volverá en las vacaciones de Navidad. No tengo más remedio que quedarme satisfecha. Nos despedimos y me visto rápidamente.

Cuando bajo a la cocina, Mary me está esperando con un gran plato de tortitas.

—    Muchas felicidades, corazón — me sirve tres tortitas enormes en el plato que no se si lograré terminar.

Para mi sorpresa, lo hago, estaban demasiado ricas para dejarlas en el plato. Antes de que vuelva para mi habitación, Mary me retiene y me da una pequeña caja.

Al abrirla, veo que se trata de una pulsera de oro, con adornos colgantes. Uno de ellos es mi signo del zodíaco, otro representaba mis ojos con una piedra de color violeta y el último de ellos era una bailarina.

La abracé en señal de agradecimiento, realmente me encantaba.

—    También es de Bob, pero ha tenido que irse temprano a trabajar. La bailarina la elegí yo — añade al final guiñándome un ojo.

Me río y acabo perdiendo el sentido del tiempo. Antes de darme cuenta, ya había pasado la hora de irme. Llegaría tarde a clase.

Salgo de casa metiendo todos mis libros en la mochila. El viento zarandea mis pelos de un lado a otro y tengo que poner una mano sobre mi falda para que no se levante.

Veo entonces el coche de Kendall acercarse a mí. Al principio creo que no recae en mi presencia, pero parece que lo hace y para el coche.

Baja la ventanilla del copiloto y me da una señal para que suba. Yo lo hago sin dudar, sabiendo que no tengo ninguna otra opción si no quiero llegar tarde.

—    Tú no tienes clase hasta dentro de una hora — es lo primero que digo cuando subo al coche. Me pongo el cinturón porque la seguridad es lo más importante.

—    No pensabas que te iba a dejar llegar tarde el día de tu cumpleaños, ¿verdad, desastre? — mira hacia mí y me dedica una sonrisa — Felicidades, por cierto.

—    Gracias.

Me sorprende descubrir que supiera qué día era mi cumpleaños. Supongo que Barbie se lo habrá dicho, últimamente los había visto hablar mucho juntos.

Cuando llegamos al instituto, casi no hay nadie. Hay muy pocos alumnos que cojan créditos extra. Aun no ha sonado el timbre, hasta me da tiempo a pasar por mi taquilla.

—    Espera, — me retiene Kendall cuando me dispongo a salir del coche y entrar al instituto — te acompaño hasta tu clase.

Frunzo el ceño. Su actitud es demasiado amable y no creo que se deba solo a mi cumpleaños. Me muestro recelosa, pero él se muestra tranquilo. Marca el paso y los dos recorremos los pasillos hacia mi aula de Economía.

La vida da muchas vueltas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora