Capítulo 33.

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Una mano se poso sobre Valeska, haciéndole voltear con rapidez.

- ¿Malachai? -Cuestiono Valeska extrañada.-

¿Que hacia el ahi?

- Intentaron matar a Kian. -Se apresuro a hablar.-

La mirada de Valeska, instintivamente buscaba a Khea.

- Ella se ha adelantado. -Explico Malachai.-

Ambos salieron de ahi, y subieron al auto.

Malachai manejaba como alma que lleva el diablo, y de un momento a otro.

Estaban dentro de una casa vieja, pintada de color gris.

Ambos bajaron, y al entrar, las cosas estaban tiradas, y en las escaleras había un charco de sangre.

- ¡Khea! -Gritaba Tyler.- ¡Abre la maldita puerta!

- ¿Que esta pasando? -Interrogo Malachai llegando al lado de Tayler y... ¿Aaron?-

- Khea se encerro con Kian. -Explico Aaron.- Tenemos que llevarlo al hospital o morira.-

Los gritos de Kian se hicieron escuchar.

Y Aaron intentaba tumbar la puerta junto a Tyler.

- ¡Abre la maldita puerta Khea! -Grito Malachai por primera vez.-

Su rostro demostraba desesperación.

- ¡Khea maldita sea! -Gritaba Malachai apartando a ambos chicos de la puerta, para comenzar a patearla.-

Y cuando la puerta por fin cayo, Khea estaba suturando en el hombro de su hermano.

- Tenemos que...

- No Malachai, no ire a ningún hospital. -Grito Khea.- No dejare su vida en manos de unos malditos asesinos. -Aseguro la castaña cortando el hilo.- Asi que ve, calienta la vara que esta abajo, junto a la chimenea. -Ordeno sin despegar la vista de Kian, quien se encontraba inconsciente.-

- ¡Esto es una locura, vamos a llevarlo al hospital! -Grito Tyler.- ¡Malachai dile que...

Pero el nombrado ya no se encontraba a su lado.

- Necesito con que limpiar la sangre. -Hablo Khea.-

Tyler no reacciono, pero Aaron corrio escaleras abajo.

¿Como es que Khea estaba tan tranquila, estando en aquella situación?

Y por primera vez desde que llegaron a la casa, se detuvo a examinar la escena.

Las manos de Khea se encontraban cubiertas de sangre, al lado de ella, en el buro, se encontraba una caja de herramientas, y justo encima unas pinzas bañadas en sangre.

En la cama, Kian estaba tendido, sin playera, y bañado en su propia sangre, su hombro se encontraba con una gran sutura, maximo, unas 5 puntadas.

Pero sus ojos se abrieron de par en par, al ver la bala, sobre la almohada que descansaba Kian.

Su cabeza comenzó a doler, y las ganas de vomitar la invadieron, y callo al suelo.

"Al parecer no era tan fuerte como pensaba."

Valeska Lodge. (Terminada)Where stories live. Discover now