Capitulo 5

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Pase las clases con derek, curiosamente, le tocaban las mismas asignaturas que a mi. Y aunque todo el mundo me miraba como sí estuviera loca, yo estaba más que feliz por estar con derek a mi lado. Cuando el descanso llego, recogí.

- No se sí querrás pero - comenzó derek - podrías venir a almorzar conmigo y los demás. Pero si quieres ir con justin, siéntete libre.

- Si, iré contigo - dije sin pensármelo dos veces - no pienso ir con justin, el y sus amigos me estresan.

Rodé los ojos y derek río.

- Pues... Siento ser el culpable de que tu reputación se vaya a la *****!. - dijo el y reí.

- La reputación aún no la tengo. - le dije, y era cierto, no me había dado tiempo a hacerme una reputación.

El negó con la cabeza.

- Pues la poca que podrías tener.

- Tranquilo. No me importa perder la "reputación" - dije haciendo comillas con los dedos.

El río.

- Pues entonces, vamos. - dijo el.

Salimos de la aula y para mi sorpresa. Nadie nos miraba, antes cuando había entrado con justin, todas la miradas se posaban en nosotros. Pero derek, era invisible. ¿Cómo podía ser eso si eran condenadente iguales? Lo seguí hasta la cafetería y allí me pregunto si quería algo de comer. Me pedí una palmera de chocolate y el no cogió nada. Luego fuimos a lo que parecía una biblioteca. Pero antes, vi a jasson con dos chicos y dos chicas, hablando y sonriendo. SONRIENDO. ¿El caballero oscuro de las tinieblas sabía lo que era sonreír? Dios mío, increíble. Vi que una de las dos chicas, de pelo negro y muy guapa nos miro amenazantemente.

- ¿Quien son? - le pregunte a derek.

- Los amigos de jaon. Si, tiene amigos, a pesar de sus malos humos tiene amigos. Son Ryan Bluter, el de el chaleco. David Jackson, el moreno que esta fumando. Katherine Edwards, la rubia. Y la que nos esta mirando es Paola Montes. - dijo el - más te vale no acercarte mucho a ellos. Si quieres vivir tranquila, no te acerques.

- Ah... - dije asintiendo como una niña pequeña y el sonrió.

- Ven - dijo el y entramos a la biblioteca.

Dentro sólo se escuchaban murmullos, y los pasillos repletos de libros parecían absorberme. Seguí a derek, hasta que se paró delante de una mesa. Donde el rubio y la castaña que había visto antes en el coche, hablaban animadamente. El chico, era muy guapo sin exagerar, ojos (imagínense el color de ojos de Christian beadles), piel blanca y pelo rubio. Pero al igual que derek, sus pintas destrozaban todo su buen físico. Su manera de vestir era parecida a la de derek, sólo que sin las gafas de pasta. Y la chica, era la típica chica lista, pero sencilla. Su atuendo no se parecía al de los dos chicos, pero se notaba que era como ellos. Su cabello castaño ondulado, caía en una coleta alta y sus ojos color miel brillaban por la luz.

- chris, lottie - dijo derek y estos dos se giraron terminando la conversación tan entretenida que tenían, y nos miraron. - Esta es _____, la chica que vive en mi casa.

Ellos me miraron y me dedicaron un sonrisa como las de dereck. Eran encantadores, no entendía como la gente podía repelerlos.

- Hola, soy Christian beadles. A su servicio - dijo el rubio estirandome la mano divertido y reí.

- ____ Hill - dije yo.

- Yo soy Carlota González - dijo ella estrechándole la mano de la misma manera que el chico. - Pero llámame Lottie.

Sonreí.

- Encantada. - dije yo.

- chris, no te vas a creer lo que voy a decirte. - dijo derek y este lo miro pensativo.

Los Trillizos BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora