Dueño de mis alas [TERMINADA✔]

❆𝕽𝖊𝖊𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖗𝖔❆ [7]

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- aún no voy a irme V. -se limitó a decir.

Pero sólo esto bastó para que el bello ángel esbozará una enorme sonrisa en su perfecto rostro.

- déjame curarte tu ala ¿si?- kook sonrió gentil.

Taehyung solo asintió y giró para regalarle la vista hacía su espalda.

Jung-kook buscó el maletín y sacó lo necesario para las curaciones.

Se acercó lo suficiente hasta la ala de V, curó su herida y al ver la espalda descubierta de aquél ángel, sintió un deseo enorme de rozar su piel, acariciarlo tal vez, pero, se contuvo.

- ya está. - finalizó el castaño.

Taehyung dió la vuelta para quedar frente a frente.

- ¿quieres que te enseñe a hablar? Bueno, decir algunas palabras correctamente y qué significa cada una de ellas... - consultó el castañito.

- si jung-kook.

Había una complicidad enorme entre el rubio y el castaño, sus miradas analizandose el alma iban más aya de algo normal.

Seok jin miró a través del vidrio redondo en la parte superior de la puerta, pudo apreciar a kook enseñándole ciertas cosas al ángel, sabía que tenía que hacer algo al respecto, porque incluso hasta un ciego podría ver que jung-kook se estaba enamorando de V.

Sin embargo, no podía ser algo al azar, sino, algo muy planificado para que su amigo, al que tanto quería, no saliera perjudicado.

Siguió su camino y mientrás hizo oídos sordos y vista ciega a lo que pudo notar en el breve momento anterior.

- eres muy rápido aprendiendo V.

- gracias jung-kook. - remitió el ángel.

- he estado por mucho tiempo aquí Taehyung, debo, creo que debo irme.

- ¡No!- suplicó el ángel mientrás le tomaba el brazo.

- Taehyung, no puedo quedarme más, he estado aquí por al menos dos horas.

- quédate más.

- no, no puedo. - le respondió tajante el castaño, esquivando la mirada, porqué a él también le causaba tristeza dejarlo, le dolía el alma.

- ¿no quieres conmigo estar?- le preguntó V. Con los ojos llorosos.

- ¿estás loco? ¡me quedaría la vida entera aquí!

- Tú me has mucho ayudado jung-kook-musitó el rubio.

Jung-kook no pudo evitar sonreír al darse cuenta que a pesar de que V. Estaba aprendiendo a hablar y ponía todo su empeño en eso, aún mantenía ciertos errores de concordancia al armar sus frases y oraciones.

- la luna, vuelve. - le mencionó el ángel.

- ¿la luna? ¿Qué pasa con la luna V? Esfuérzate un poco más, no logro comprender lo que quieres decirme.

- tú, yo, luna. - respondió.

- ¿quieres conocer la luna? - le preguntó kook.

- no, tu, tu venir, luna. - intentó explicar.

- ¿quieres que venga aquí, cuándo salga la luna? ¿Es eso V?

- si. -sonrió aliviado el ángel.

- no puedo hacer eso V. Eso es...

- por favor- le pidió el ser de luz, mientras iba tomando de a poco su mano.

Jung-kook se puso muy nervioso, al sentir como Taehyung le tocaba, dejando su rostro de shock.

- yo, yo, yo... ¡Esta bien! Voy a venir.

V. Soltó la mano del castaño y sonrió de manera cuadrada.

-ahora, ahora me voy ¿si? Bien, adiós V.

El ángel Taehyung pudo notar que el castaño estaba prácticamente huyendo, avergonzado y nervioso.

Jung-kook digitó la clave de la cápsula y salió de la sala sin mirar atrás, quizá si se hubiese girado una vez, esa vez, pudiera haber notado la mirada de aquél ángel, un ángel enamorado.

Taehyung se sentía dichoso por primera vez desde hacía mucho tiempo, desde que perdió a su hermano, su corazón se sintió vacío, pero esta vez, sentía su corazón querer explotar de emociones positivas...

Sin duda el castaño era un chico gentil y muy amable, le estaba dando tanto de sí y sin pedir nada a cambio, Taehyung sintió que no quería ser menos y también quiso obsequiarle algo a Jung-kook, algo muy especial, algo que le mostraría sin duda al anochecer, cuando la luna saliera y el castaño llegará al encuentro.

El ángel caído se sentó, observó el cielo y sus rayos de luz, deseoso de que luego se marcharán, para poder ver nuevamente a jung-kook.

Sentía algo en su interior, algo que jamás sintió antés y que no sabía como llamarle exactamente, pero que le hacía muy féliz.

Aún así, no dejaba de sentir temor y sólo musitó:

Siempre habrá alguien que nos gustará,
nos encantará; pero que será, con quién nunca podremos estar.

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