Ain't Sweet

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El día comenzó perfectamente bien. Kihyun tenía un humor fantástico, se arregló lo mejor que pudo, la conferencia y la subasta eran en una hora. Se dio un último vistazo, tomó un respiro y sonrió.

Habían escogido uno de los hoteles más finos de la ciudad para la subasta, el lugar era precioso con un gusto exquisito. Imponiendo respeto y temor, más lo segundo que lo primero, Kihyun se paró frente a un gran grupo de personas, ricos aficionados al arte peculiar de la fotografía, periodistas y reporteros. Era la primera vez que daba una conferencia. Por lo general siempre mandaba a Lisa en su lugar. Ella subastaba y hablaba en su nombre, dando breves reseñas sobre las fotografías. Muy pocos de sus clientes tenían el privilegio de conocerlo en persona. Pero no hoy, él estaba presente, decidido a realzar su nombre y su talento. Y así lo hizo.Todo el mundo estaba atónito.

Algunas suspiraban por la elocuencia de sus palabras. Voz fuerte, cálida pero imponente. A medida que presentaba su trabajo, la gente se admiraba. Jamás habría creído que él podría hacer algo así. Un chico gordo y tímido, ahora era un hombre terriblemente atractivo y confiado, poderoso.

-Esta es mi favorita -señaló a la pantalla. El jardín detrás de la casa de Hyunwoo, claro que él no diría eso. Pequeños árboles despidiéndose del verano, anaranjados y amarillos, el césped cubierto de hojas, el sol en su punto más alto, pequeñas motas de luz moradas y verdes centelleando justo en medio del paisaje. Nubes gordas pasando por ahí. Se sintió como en su hogar -el valor de una imagen no se mide por el dinero que ustedes estén dispuestos a pagar, si no por la cantidad de sensaciones que provoca.Y si ustedes son capaces de sentir una emoción fuerte y cálida y agradable en su alma solo con ver mi fotografía, entonces habré logrado mi objetivo.

Todos aplaudieron y se pusieron de pie. Kihyun sonrió satisfecho y dejo al anfitrión del evento iniciar con la subasta.

-Pero si es nuestro fotógrafo estrella. Dios mío eres muy bueno hijo  -El señor Kwang era el dueño de una de las galerías más famosas de la ciudad, dándole hogar a las obras más raras, excéntricas y costosas -es un honor al fin conocerte.

-El honor es mi Sr. Mis mejores obras están en su galería.

-Y seguiré comprando más muchacho.

-Me alegra, muchos niños estarán muy agradecidos -Kihyun habló un rato más con todos los patrocinadores del evento, con algunos clientes y espantó a algunas chicas que trataban de meterse en sus pantalones.

El vino era en verdad exquisito, estaba un poco achispado, media botella vacía, el ternero y las verduras estuvieron en su punto, y ahora se disponía a terminar su postre. Un helado cubierto de galleta tostada y chocolate. La verdad se había sobrepasado y ahora tendría que pasar una hora más en el gimnasio.

-¿Y a qué debemos el increíble honor y placer de su presencia? -un joven alto, esbelto, cabello castaño y ridículamente atractivo le sonrió del otro lado de la mesa.

Kihyun le devolvió la sonrisa. No iba a negar el orgullo que sentía su ego cuando alguien atractivo se dejaba ir sobre él. Le gustaba coquetear un poco y después votarlos. Realmente no quería a nadie en su vida, solo a alguien en realidad. Alguien a quien volvería a ver muy pronto. Su corazón dio un latido con fuerza, haciéndolo sonrojar. El sujeto sonrió aún más y se acercó a su lado.

-Al menos déjame invitarte un trago, eres el invitado especial después de todo - Kihyun asintió. Un mesero se acercó y le llevó un martini. Estaba delicioso.

-¿Cómo te llamas? - preguntó Kihyun tratando de ser educado.

-Soy Zelo.

-Kihyun.

The Time We Met [Showki]Where stories live. Discover now