XIX

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Jimin hace un pucherito en cuánto observa como el taxi se adentra a la colonia dónde está ubicado el departamento que comparte con sus amigos. Siente como su corazón comienza a latir rápidamente ante la idea de que tiene que separarse del cálido pecho del precioso chico gatito. Gime triste mientras esconde su rostro en la sudadera roja que el pelinegro está vistiendo e inunda sus fosas nasales con aquel delicioso aroma que Min Yoongi desprende. 

Lo va a extrañar tanto. 

Se aparta lentamente cuándo el taxi se estaciona frente a su edificio y hace ademán de sacar dinero para poder pagar por el servicio pero Yoongi se adelanta. Hace un pucherito nuevamente. El chico gatito no lo ha dejado pagar nada. 

Bajan del taxi y siente como la mano de Yoongi busca la suya una vez que se encuentra a su lado.

—Te invitaría a pasar pero dudo mucho que quieras que mis amigos de ataquen con preguntas.—dice Jimin mientras intenta mantenerle la mirada al pelinegro.—Me divertí mucho hoy, Yoongi.—comenta y siente como los dedos del mayor juegan con sus nudillos.—Muchas gracias. 

—No quiero dejarte ir todavía.—murmura Yoongi entrelazando lentamente sus dedos con los del pequeño. Jimin sonríe tímidamente mientras baja la mirada. Su mano luce realmente pequeña junto a la de Yoongi y eso le encanta.               

—Nos vamos a ver el lunes.—responde Jimin con la mirada fija en sus manos entrelazadas. Él tampoco quiere que el chico gatito se vaya pero sabe que no es buena idea que él suba a su departamento y es peor idea irse a dormir con él.

—Eso me deja todo el fin de semana sin verte.—el berrinche del mayor le causa gracia a Jimin quién sujeta la otra mano de Yoongi con cuidado, entrelazando sus dedos con los de él.—¿Crees que voy a poder soportarlo?

—Debes hacerlo, porque no podemos estar juntos todo el tiempo.—intenta explicar Jimin con ternura.—Pero puedes mensajearme todo el día, si gustas.

Yoongi sonríe ante la sugerencia y asiente emocionado. No entiende porque su necesidad de tener contacto con Jimin sigue aumentando día con día. Jimin suspira para luego mirar fugazmente la entrada de su edificio. 

—Será mejor que te deje entrar ya.—dice Yoongi observando al edificio.—No quiero que tus amigos se preocupen por ti.—Jimin asiente mientras observa como sus manos se separan de las del mayor y hace un pucherito. ¿Por qué el día tenía que llegar a su fin?—Pero antes, necesito que cierres tus ojos.—la petición del pelinegro lo toma de sorpresa pero hace caso. 

Jimin no es tonto. Siente como su corazón late con fuerza mientras anticipa con ansias el próximo movimiento de Yoongi. ¿A qué sabrán sus labios? Jimin a veces suele pensar que tienen un rico sabor a chocolate y menta. Siente como el mayor se aproxima a él e inconscientemente alza sus labios esperando un beso que nunca llega.

Los delgados labios de Yoongi impactan contra la piel de su frente y Jimin suspira. 

No hubo besito para Minnie esa noche. 

Minnie//YoonminWhere stories live. Discover now