MI MÁSCARA [LawSan/ZoSan]

MIEDO X ESPERANZA X LÁGRIMAS INVISIBLES

"Es tan corto el amor y tanlargo el olvido"

―Pablo Neruda―

El barco era acechado por miles de sentimientos lúgubres, la profusa angustia en el aire no le permitía respirar sin que sintiera dolor en el corazón. Sanji no pudo evitar sentir que toda esa extraña experiencia era parte de una pesadilla que desde hace mucho tiempo lo tenía atrapado.

Tal vez y solo tal vez aun permanecía en aquella rustica cueva, intentando climatizar su cuerpo con sus propias manos, esperando pacientemente a que la inclemente lluvia apacigüe para poder reunirse con todos sus amigos dentro del barco. Tal vez si se esforzaba podría lograr que sus parpados se abrieran y lo dejaran libre de ese tormentoso mundo de decepción y tristeza. Podría ser feliz si confirmaba que todo lo vivido hasta el momento nunca había sucedido realmente.

Pero era inútil negar...

El terror en el rostro de Zoro. La desesperación en los ojos de Luffy. El temblor de su propio cuerpo. La horrible sensación de impotencia y de odio por no ser más que un estorbo lo engullía de un solo bocado.

—Esto no puede estar pasando.

Negó inconscientemente con la cabeza y sus uñas se enterraban en la astillada madera de la cubierta.

Ante sus ojos y su patética inutilidad, Law cayó al mar al ser expulsado por el poderoso disparo que impacto con violencia contra su cuerpo. Sanji lo vio todo, vio como Law soltaba su espada, como la sangre brotaba mientras caía por la borda... Lo vio claramente y no pudo hacer nada para evitarlo, su cuerpo lo había traicionado al no responder como lo deseaba su mente y su corazón.

Su mundo parecía desmoronarse.

El miedo era un sentimiento tan aplastante que muchas veces fulminaba al espíritu más fuerte y luchador, pero ese no era su caso.

—Solo es un desperdicio de espacio y de aire...

Sanji era débil, muy débil, eso era algo de lo que siempre estuvo consiente ya que estaba gravado en su misma alma con lágrimas de sangre. Creyó ocultar al mundo su inutilidad, su ineficacia tras su máscara, pero ahora, desde el momento en que su corazón sucumbió al patético amor, condeno para siempre al quiebre de cualquier tipo de fachada.

Se sentía incapaz de proteger a alguien, ni siquiera de sí mismo. Como persona, como guerrero, ¡él estaba fallando en todo! Un fracaso tras otro, al igual de como cuando era un niño pequeño, solo era un total fracasado sin valor.