Maeve - Teen Wolf (Stiles y tu)

𝙶𝚒𝚛𝚕𝚜

Maeve entró a la cafetería del instituto y buscó rápidamente con la mirada a sus amigos. Cuando los vio, se les acercó con cara amarga. Al llegar a la mesa, se extrañó al oír la conversación.
¿Por que supones que Derek tiene las respuestas? - dijo Stiles. - Porque, durante la luna llena no se transformo. Él lo controla - contestó Scott. - ¿Queréis hablar con Derek? - preguntó Maeve, haciendo que los dos se giraran hacia ella. - ¡Anda, si es pinocho! - se mofó el de pecas. Ella solo ignoró el comentario y le robó una patata frita mientras se sentaba. - ¿Como está tu nariz? - preguntó Scott. - Rota - El chico chasqueó la lengua y dijo - Me refiero ha como te sientes - Maeve bufó - Ya no duele tanto, pero odio que la gente se ría por la viz que me sale. Por cierto, ¿de que hablabais? - antes de que Stiles pudiera contestar, Lydia Martin se sentó intencionalmente, en la misma mesa que ellos, acompañada de sus amigas y Jackson.
Hola chicos - dijo con una sonrisa falsa. Los tres se miraron confundidos. En cuestión de segundos, estaban rodeados de los chicos más populares del curso. - Que incomodo - susurró Maeve mientras cogía más patatas a Stiles.

Dicen que puede ser un animal salvaje, un puma - dijo un tal Dani. - O un León de montaña - contestó Jackson. - Un puma es un león de montaña - murmuró su novia. - Que más da, ese tío debía ser un yonqui sin techo que iba a morir igualmente - repitió el capitán de lacrosse.
- Acabo de saber quien es - dijo Stiles mientras les ponía un video de las noticias de Beacon Hills.

Después de que Scott les dijera que lo conocía, Lydia, un poco harta, quiso cambiar de tema.
Ah, ¿A donde vamos mañana? - dijo mirando a Allison. La anterior nombrada la miró con cara de no entender nada. - Me has dicho que Scott y tu saldríais mañana por la noche - Maeve, mientras Allison, un poco incomodo, intentaba solucionar lo de la cita, empezó ha comer de la comida de Stiles sin ningún reproche. Pero cuando Jackson empezó ha subestimar ha su amigo, no dudó en intervenir. - Scott es un especialista en los bolos, es más, su segundo nombre es bolos - al acabar de decir eso, se ganó tres pequeñas pataditas de parte de Allison, Scott y Stiles. Esa frase sonaba bien en su cabeza. - Mejor me voy con Robin - murmuró antes de levantarse e ir a buscar a la rubia.

La encontró cerca de su taquilla. - ¡Hey! - la saludo Robin. - ¿Como estas cactus? - dijo la Rubia.
¿Cactus? - preguntó Maeve      - Lo digo por el color de tus ojos, es súper verde, me encanta -
En ese momento, el teléfono de la ojiverde, empezó a sonar, se trataba de Stiles.
  - ¿Que quieres? - dijo cuando contestó al teléfono.  - ¿Crees que soy atractivo para los gays? - preguntó él. - ¿Que? -           -¿Soy sexy para los tíos? - repitió el chico.  Maeve un poco confundida, respondió - Sí, eres tan sexy para ellos, que están deseando que salgas en la portada de playboy - y colgó.   - No se ha que ha venido eso, pero necesito que me hagas un favor - dijo Robin        - ¿Cual? -        - ¿Me ayudas ha teñirme el pelo? -      - Claro - 

Una vez en el supermercado, fueron ha coger un carro y Maeve se metió a dentro, pareciendo una niña pequeña. Robin, lo agarró y empezó ha arrastrarlo por los pasillos en busca de tinte para el pelo. Pero, para divertirse un poco más, cuando no había nadie cerca, Robin, empezaba a correr mientras empujaba el carro y cuando tenía un poco de velocidad, se subía a el, haciendo que deslizarán y tirando algún que otro objeto. Al llegar al pasillo de cosmética, donde se encontraban los tintes de cabello. Se bajaron del carrito y empezaron a buscar colores bonitos.
¿De que color te lo quieres teñir? - - Me estoy debatiendo entre el azul cian oscuro y el cris pálido -
- Bueno... los dos están allí arriba - dijo señalando la cima de la estantería.
Sujétame el móvil - Soltó Meave mientras le tendía el aparato, tenia todas las intenciones de escalar la estantería. Cuando tenía los dos tintes, Robin la llamó. - Maeve - - ¿Sí? -
- Tu padre te llama - bajo de un salto, tiró los dos paquetes al carro y contestó al teléfono.
- ¿Donde estas? - preguntó el hombre. - En el supermercado de cerca de casa - - No te muevas, voy ha buscarte - y colgó - Lo siento Robin, tengo que irme - una vez dicho eso, empezó ha correr a fuera de la tienda.