Piedras

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La pelirroja nos dijo de enseñarnos algo y que la esperabamos mientras ella iba a por lo que fuera que sea eso. Me quede mirando a mi alrededor, nos mataría ya? Aun no creo que esa chica fuera de fiar... No lo puede ser, no lo es, negué. Tiene que ser de fiar, no? El enemigo de mi enemigo es mi amigo o asi decian. si ella y los otros estan en contra de los reinados de los reyes, estaran con nosotros... Si estan contra ellos, esta de mi lado. Pero, y si es una de ellos? Negue, negue, negue.

Tras un rato esperando, Hailey volvio de aquel piso con una bolsita en su mano. Que demonios? Eso es lo que nos iba a matar? Una bolsita? No juzgues un libro por su portada o eso dicen. Hailey se puso un guante y vertió el contenido de la bolsa en la mano protegida por este. Habían dos piedras, una negra azbache y la otra de un blanco no tan puro.

-De acuerdo, sonara estupido o algo así, pero necesito que toquéis ambas piedras y me digáis si os dan un calambrazo o no- dijo la pelirroja. Mire extrañado a las piedras y toque la blanca primero, una corriente eléctrica paso por mi brazo y lo aparte al instante.

Toque aunque esperándome la sensación eléctrica de la otra vez, pero no sucedio. Cogí las piedras y vi como Liz podía mantener en sus manos la piedra. Hailey miro a ambos con una pequeña sonrisa aunque parecía asombrada por que pudiéramos tener entre nuestras manos esas piedras.

-Sabia que no me equivocaba con vosotros... Tengo que decirle esto a Ethan- murmuró la chica aunque viendo nuestras miradas extrañadas explico -Ethan creo estas piedras en el laboratorio no hace mucho y según sus invesrigaciones les dan un poder a su portador tras ser activadas, aunque aun no sabemos como lograr eso.- mire era piedra, enserio daba poderes? Eso es lo que ellos buscaban? Negué. Espero que no, pero podría ser. Negué, no pienses demasiado en ellos, creen que has muerto.

Hailey se fue a decirle algo al tal Ethan, que suponía que era el chico de pelo azul, subió las escaleras y la perdí de vista. Mire a Liz, ella estaba mirando a su piedra pensativa. Liz levanto la cabeza y se dio cuenta que la estaba mirando fijamente.

—Que pasa? Estas planeando mi asesinato?— Pregunto con una sonrisa burlona tras un segundo de confusión.

"Un muerto no puede matar, no?" pensé pero en vez de eso respondí —Como voy a matar a la persona que me salvo la vida?—

H

Subí las escaleras de dos en dos, Ethan querría saber que su piedra no era la única extraña. Cuando ya estaba en la puerta del laboratorio, la golpee dos veces.

—Ethan! Puedo entrar? Si no me contestas supondre que no estas o estas muy ocupado con Kat!— grite desde fuera con esperanzas de que el me oyera, oí como respuesta un "Adelante y no hacia falta gritar tanto" por lo que entre.

—Traigo buenas noticias! Elisabeth y Tyler son los otros portadores!— dije con alegría al peliazul y la asiática sentados en las dos sillas que habían en el escritorio de Ethan. Me di cuenta de los ojos un tanto rojizos del chico por lo que supuse que había estado llorando no hacia mucho.

—Tambien tenemos buenas noticias, enseñaselo Ethan— dijo Kat y al momento el chico estiro el brazo y puso una cara de concentramiento. Vi que unos bolígrafos empezaron a flotar y poco después calleron en la mesa.

—Funcionan? Estáis hablando enserio? Donde están los hilos?— dije con una sonrisa mayor que la que tenia anteriormente, la mirada de ambos me dejaron claro que no era así, que era de verdad y no un montaje.—Tienes... Tienes que entrenar para dominar los poderes. Y ahora que sabemos que se pueden activar y tenemos los dos portadores que faltaban, quizás podamos activarlas todas— dije aun emocionada, Ethan había trabajado demasiado en encontrar ese método de activación para las piedras.

—Calmate, es obvio que tengo que entrenar. Y lo de activar sus piedras... Veras, creemos que la manera de activarlas es con sentimientos fuertes, en no caso la frustración, y pues no es que sea lo mejor hacerlo a la fuerza— dijo Ethan tranquilamente, solo para relajarme. Seguramente el estaba tan emocionado como yo, pero decidió seguir la lógica y que era lo mas ético.

—De acuerdo, pero no te libras del entrenamiento— dije con aun una sonrisa pintada en mi cara.

—Que pena... No me librare a que me hagas levantar objetos o de que me lances cosas para que las detenga con mis poderes, no?— dijo como si leyera mi mente, pero supongo que tantos años juntos tienen lo que tienen

Historia de los reinos: rebeldesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora