Collin

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Llegue en una de las motos solares junto a la escolta hasta Clancy Avenue, ahi me esperaban Ethan, Kat y Hailey. Frene y salude con la cabeza a los tres que me esperaban a mi y mi escolta. Lleve algunas de las raciones a la entrada, luego las moveriamos a los pisos y/o a los almacenes.

Tras una reunion ayude a la asiatica a organizar a la gente para poner todo en su lugar correspondiente, ayudando tambien en subir y bajar las cosas de un piso a otro.

—Es raro verte sin tu pañuelo— comento Kat cuando ya terminamos. Toque a ver si llevaba puesto el pañuelo que solia llevar tapando la mitad inferior de mi cara, tal y como ella dijo no estaba. Debajo de este pañuelo amarillo se encontraba una gran cicatriz que bajaba desde mi pomulo hasta la mandibula en la mitad derecha de mi cara.

—Lo mismo diria yo con tus guantes— solo dije causando que la chica casi en un acto reflejo se lo subiera. Ella tambien tenia cicatrices en estas, pero no de cortes como las que tenia yo por todo mi cuerpo.

Baje y fui hasta el otro edificio, varios hombres y mujeres trabajaban para remodelarlo. Tras buscar un rato encontre a la pelinegra que era mi antigua mejor amiga.

—Liz— dije, ella se giro y me hizo un gesto para ir a un lugar mas alejado y hablar ahi. Era un punto que no se habia tocado aun, un viejo bloque de apartamentos.

—Yo... Siento todo, siento las cicatrices que te cause y todas las muertes que cause. Aun asi, sabes que no es mi culpa, cierto? Yo no puse el cianuro en esa pastilla, fueron otros— dijo la chica mirandome a los ojos, parecia emocionada y triste a la vez. Supongo que es lo que es ver a un amigo desde tanto tiempo y siendo que la ultima vez que nos vimos paso eso...

—Tranquila, no te guardo rencor— simplemente dije y la abrace. Nunca se me dieron bien las palabras asi que espere que ese acto valiera, ella correspondio el abrazo. Nuestra vida se podria resumir con "de repente".

De repente fuimos amigos, dos vecinos que hablaron por una idiotez como era una serie que ambos veiemos y una amistad empezo

De repente fuimos adultos, de un segundo a otro tener que cambiar un mundo infantil por uno adulto. Un mundo lleno de problemas y dificultades

De repente fuimos rebeldes, una pastilla de cianuro fue la que nos transformo en enemigos del reino, al principio solo a Liz y luego a mi

Eso pasaba en mi mente una y otra vez en ese abrazo que parecia interminable, el abrazo de la amistad perdida por una pastilla de cianuro, el abrazo de dos rebeldes que escaparon y no se vieron.

—Collin... Que venias a decirme?— comento la chica aun abrazandome y apoyando se cabeza en mi hombro

—Los luchtóirí te necesitan a ti y a tu informacion para acabar con la reina Rubi— dije, la chica se separo ya del abrazo que habiamos mantenido por un tiempo

—Acabar lo que empece... Acabar con las dos reinas, no?— dijo apoyandose en la pared— sabes que en dos años las cosas podrian haber cambiado mucho, empezando por que ahora hay solo una reina—

—Lo se, peeo hay que intentarlo. Ademas Tyler, Ethan y Kat se van a ir a Versor, a la capital para traer informacion— dije mirando aun a la chica

—Que Tyler se va a donde?— pregunto ella incredula

Historia de los reinos: rebeldesWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu