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No necesitaba a nadie que me dijera lo que estaba pasando, bastaba con escuchar los gritos y forcejeos de todos los adolescentes del palco.
Mi celda se abrió, por mucho tiempo había estado encerrada y sin contacto con nadie, sin embargo pude lograr volver a la sociedad... o por lo menos con mi sociedad: los jóvenes delincuentes, los que hemos deshonrado a nuestras familias, la basura del arca, de los que se pueden desechar fácilmente sin que nadie lo note. Si, ellos son mi sociedad y mi familia.
-Bellatrix Tremaine, mira la pared- demandó Jaha- Por favor
-Canciller Jaha, Kane- saludé- Creí que ya se habían olvidado de mi.
Thelonious me sonrió levemente mientras sacaba una pulsera metálica y se acercaba a mi cama, de la cuál no me había movido desde que entraron.
-No es alguien fácil de olvidar
-Ni de tratar- comentó Kane
-Me sorprendente viniendo de ti Marcus, un hombre tan amable, bondadoso y compasivo- le respondí con sarcasmo- No creí que con tu tan altruista personalidad pudieras decirme algo así
Jaha terminó de acomodar la pulsera para luego mirarme con más seriedad que Kane.
-Escúchame, no puedes sacarte esto ¿comprendes? Te perdonaremos tu crímenes cuando estés en la tierra pero no si te la quitas.
Asentí, claro que no lo escucharía, demonios, lo primero en mi lista de pendientes es sacarme esta cosa.
-Viaje bueno
Ni siquiera le respondí, simplemente me levante siguiendo a los otros guardias, no estaba oculto para nadie que yo pertenecía al grupo de los menos queridos de los criminales pero que el Canciller debía ser el encargado personalmente de vigilarme si no quería más problemas.
Una mano apretó la mía en búsqueda de seguridad y al girar me encontré con Octavia mirándome preocupada.
-¿A dónde nos llevan?- me preguntó- Todavía no tenemos dieciocho
Apreté su mano con más fuerza, demostrando que estaba ahí y que no me iría.
-Volvemos a casa, O- respondí susurrando- Iremos a la tierra
Una gran sonrisa cruzó su rostro, ya no había miedo, aunque realmente sabía que nunca había estado, era preocupación por dejar a Bellamy solo luego de la muerte de su madre.
-¿Crees que sea como en los libros que leíamos de pequeñas?- le pregunté, mi emoción supera ampliamente la de la menor de los Blake, a pesar que no lo expresara muy bien, sentía mi corazón latiendo cada vez más fuerte en mi pecho.
-Solo quiero que sea hermoso.
Ambas sonreímos apretando más fuerte nuestras manos y siguiendo a la fila de adolescentes, era increíble tan solo imaginarlo, tanto que ya no importaba si nos enviaban porque no éramos necesarios aquí o para morir, solo saber que terminariamos en la tierra era la mejor sensación de todas.
