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❝El amor más puro que el mundo podría llegar a ver❞
Giré corriendo hacia Octavia y salte en su espalda levantando ambos brazos.
-¡ESTAMOS EN CASA!
O soltó un grito corriendo conmigo sobre ella y saltando algunas ramas chocabamos los palmas con quien encontráramos.
-Lo hicimos- exclamó bajandome
-¡Demonios, claro que sí!- respondí abrazándola
Sentí otros brazos uniéndose al abrazo y le sonreí a Monty
-Volvimos- grité abrazandolo de vuelta
Los tres gritamos a la vez corriendo y girando por el bosque, toque los árboles sintiendo la madera y finalmente nos dejamos caer en el pasto, ya ni sabia junto a quien corría, solo disfrutaba el estar en la tierra.
-No vayas a robarte el pasto
Miré al dueño de la voz y me levante a abrazarlo
-¡Caminante espacial!- solté cuando nos separamos- Creí que te habías quedado en el espacio
-No pensaba perdermelo
Lo volví a abrazar, me alegraba que él hubiera bajado, y luego lo tomé de la mano corriendo, ambos riendo junto al resto de los adolescentes.
De alguna forma terminamos haciendo un gran circulo y saltando mientra gritabamos, choque contra Murphy quien se colgó de mi exclamando "¡CRIMINALES!" a la vez que le mostraba el dedo del medio al cielo.
-ADORO ESTE LUGAR- grité aferrándome más a John y a otra chica mientras saltábamos
-Que se pudra el Arca- soltó alguien haciendonos reir
-Todos a rodar- ordenó otro que como si del Canciller se tratara no hizo rodar a todos por el césped, disfrutando de la tierra.
-Esto si que es vida- oí a Octavia a lo lejos
-Por fin libres- grité hacia el cielo mientras que el resto de los criminales continuaban mi grito.
Tomó un tiempo pero poco a poco la emoción se fue disipando, ya no se sentían gritos aunque aún así todos seguíamos adorando el hecho de estar en la tierra y algunos pocos continuaban gritando entre ellos.
-Demasiado para un solo día ¿no?- bromeó Bellamy sentándose a mi lado
-Ni que lo digas, ya ni siento las piernas
Blake iba a comentar algo más cuando Octavia apareció frente a nosotros
-Arriba, iremos a recorrer- exclamó emocionada
Tome la mano que me extendía para irnos a caminar cuando Wells comenzó a empujar a un chico con gafas.
-Quítale las manos de encima. Está con nosotros- lo defendió John
