Mío

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Cuando Tony llegó a la torre eran las diez de la noche, había pasado todo el día trabajando además la cita no había sido tan mala. La verdad no solía llegar tan tarde a casa pero está vez la cita no había sido un desastre como las veces anteriores. Tal vez era porque conocía a esa persona de ante mano, sonrió al recordar parte de la velada o más específicamente cuando aquel hombre acunó su rostro para depositar un dulce beso en sus labios, no sin antes haber perdido permiso para poder hacerlo.

En ningúna de sus citas anteriores se había permitido tener tanta cercanía con la otra persona pero ahora había sido diferente, él era diferente.

Las puertas del ascensor se abrieron sin emitir ruido alguno y camino por la sala a oscuras, hasta que una voz lo hizo detenerse de golpe.

¿Es verdad?-.

¿A qué te refieres?-. De pronto el lugar estuvo completamente iluminado gracias a su IA.

A las citas-. Y ahí estaba, Peter sentado en el sofá con si vista clavada en el castaño.

No es tú problema Quill-. Respondió después de vacilar un poco.

Claro que lo es. Tenemos un hijo, ¿Recuerdas?-. Se puso de pie y camino hasta quedar frente a quien alguna vez lo amo.

Uno del que no tenía ni la menor idea hasta el día de ayer-.

Si y tampoco sabía que tú podías darme un hijo-.

Se observaron unos segundos. Peter no estaba seguro de querer continuar aquella conversación pero debía hacerlo, él era suyo.

No... No quiero que alguien más te toque-. Apoyó una mano en la cadera del más bajo y éste no se interpuso. -Quiero que el único hijo que tengas sea mío, y si tal vez sea egoísta pero no puedo evitarlo, puedes odiarme por eso-.

Ya es tarde-. Respondió en voz baja. -Muy tarde, te fuiste-.

Pero ya estoy aquí-.

¡No! ¡No entiendes joder!-. Exclamó separándose de él. -Cuando te fuiste solo quería morir y luego… luego me enteré de Harley. No puedes recuperar el tiempo que perdiste y mucho menos intentar hacer que las piezas de lo que tú y yo fuimos se acomoden de nuevo en su lugar-.

Entonces hay alguien más-. Gruñó el rubio molesto. -¿Quien es?-. Rodeó la cintura del genio con más fuerza que antes y lo pegó a su pecho. -Joder, tienes su perfume encima-.

Suéltame, no me obligues a llamar a mi armadura-.

Eres mío, ¿Entiendes? Mío y de nadie más, solo yo puedo tocarte, solo yo… solo mío-.

Un pequeño gemido escapó de los labios del castaño al sentir una mano sobre su glúteo derecho y sucesivamente ser apretado.

Y solo yo puedo follarte-. Empujó el cuerpo más pequeño hacia el sofá mientras Tony se resistía tanto como podía.

N-no-. Alcanzo a murmurar antes de que sus labios fueran atacados por la hambrienta boca del rubio, dejando llevar por fin.

Rodeó su cuello correspondiendo al beso y poco a poco una sonrisa se dibujó en sus labios. El deseó seguía ahí, la pasión y la necesidad eran una mezcla peligrosa. Había olvidado como se sentía Quill, como se sentía tenerlo en su interior y las cosas que le susurraba al oído mientras le daba placer. Hubiera seguido con aquello de no ser por un pequeño detalle; el portal mágico y el hombre frente a ellos.

Stephen carraspeó haciendo que ambos se separarán, Tony empujó lejos al padre de su hijo y se sentó con rapidez en el sofá.

Lo siento, no te escuché llegar-. Río avergonzado mientras Peter giraba los ojos.

Oh no, esta bien-. Respondió y le tendió un celular al castaño. -Lo olvidaste en el santuario y quise tráelo personalmente-.

»¿Santuario?«-. Se preguntó Peter mentalmente. -»Joder, no con él«-.

Gracias-. Tony se levantó y lo tomo sin dejar de sonreír. -Lamento lo de hace ratos, yo…-.

Fue solo una cita Anthony, no tienes que darme explicaciones-.

Los intestinos de Quill se removieron y bufó.

Aún así… quizá pueda compensarlo-. Comento con cierto tono juguetón que Peter conocía muy bien.

¿Te parece otra cita? Pero está vez… quiero convivir con tú pequeño-.

Hey, hola-. Interrumpió el guardián con sarcasmo. -Soy Peter, el papá de Harley-.

Stephen iba a responder pero entonces Tony lo tomo de la mano y negó con lentitud.

Me parece buena idea, pero ya es tarde y debes volver a tus cosas de mago supremo-.

Claro-. Concordó el hechicero y dejo un casto beso en los labios ajenos para entonces desaparecer junto a su portal.

No, no pienso dejar que Harley conviva con ese…-.

Pude haber dicho lo mismo cuando me pediste conocerlo-. Se giró hacia el más alto. -No te metas en mi vida Quill-. Y entonces Tony desapareció por un pasillo, Peter supuso que se iría a su habitación para descansar.

Pero tú eres mío-. Susurro una vez solo. -Ya lo verás, Stardust-.

Una disculpa por actualizar después de tanto tiempo, pero no había tenido oportunidad de escribir ya que tenía varios proyectos de la secundaria, pero finalmente aquí está.

Father And Son | StarkquillWhere stories live. Discover now