Capitulo 4

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Me desperté por la mañana ya era viernes, vi la hora y eran las 6:30.

Estaba en el sofá y el helado de vainilla en el suelo tirado. Me levanté del sofá y fui a baño, me desnudé, y me metí a la ducha. Ya estaba duchada, abrí mi closet y me puse un short negro, una blusa blanca de tirantes con estampado de corazones en rojo, y mis converses blancas. Me maquillé lo justo, como siempre y me dirigí haciala puerta, ya desayunada y todo.

Caminando hacia el instituto, estaba escuchando música desde el móvil (celular) y no me di cuenta cuando choqué con alguien, y caí con mi mochila al suelo.

- Lo siento no te vi.- dijo una voz femenina tímida. Me ayudó a ponerme en pie y cogí mis cosas.

- No tranquila, no importa, soy Abigail.- le dije yo de lo más calmada.

- Yo soy Oriana, me tengo que ir lo siento, adiós.- dijo ella, yo me despedí con la mano.

Seguí mi camino y sentí pasos siguiéndome, me paré y me volteé y no vi a nadie, así que seguí andando.

(...)

Estaba haciendo mi tarea cuando sonó un Whatsapp. Cogí mi móvil y lo abrí. Era David.

David:

¿Oye quedamos en el parque está tarde? 😉

Abigail:

Vale, nos vemos en 10 minutos 🙈

Subí corriendo a mi habitación, y cogí las llaves y dinero. Ya estaba vestida y yo veía a mi madre llegar muy tarde, lo que era raro.

Salí por la puerta. Iba escuchando música por el móvil, me caí y no recuerdo más nada, todo se volvió negro.

(...)

Tenía un dolor de cabeza horrible, intenté levantarme pero no podía.

Abrí poco a poco los ojos y me di cuenta que estaba en una habitación que no era la mí.

Las paredes eran blancas, había un armario con libros de todo tipo, y una puerta al fondo que se suponía que era el baño. Había una cama blanca, en la que estaba subida yo, y una ventana con barrotes. Pude levantarme por fin y fui directa al armario y cogí uno de los libros, lo abrí y le quité el polvo.

Oí un ruido, haciendo que el libro cayera al suelo. La puerta se abrió y podia ver a un chico de más o menos 19 o 20 años, me superaba por tres años. Tenía la cabellera negra, sus ojos me parecían claros, era alto, y se le podía notar cómo su cuerpo estaba bien trabajado y musculoso.

- Veo que te has despertado.- dijo la voz ronca familiar.- No te haré daño, tranquila.

- ¿Qué quieres de mi?.- dije yo asustada. Me di cuenta que llevaba puesto como una bata blanca sin ropa, sólo ropa íntima.

- De ti nada, de tu padre todo.- ¿Que? mi padre esta muerto.

- Mi padre está muerto, sólo tengo a mi madre, no me hagas daño por favor.- dije entre lágrimas. Le vi la cara y era bastante guapo.

- Tu madre lo sabe todo, creo... Yo no te haré daño, pero mis superiores puede. Tu madre tiene la clave de la cuenta bancaria de tu padre. Tu padre al igual te dejó una herencia, pues nosotros queremos esa herencia ya que esa herencia contiene 25.000.000 de euros. Yo no vengo a hacerte daño, después de todo no tienes nada de culpa. Yo de él no quiero nada, solo soy un mandado, tengo que estar las 24 h del día contigo, no te haré nada que no quieras, sólo quiero proteger a mi familia. Lo siento, yo me opuse a secuestrarte, pero mi jefe, más bien mi tío no paraba de insistir y...- lo interrumpí no quería escuchar mas, sobre ese bastardo que se hace llamar mi padre.

SECUESTRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora