Capitulo 15 (Sigue narrando Jacob)

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Todavía no me creía que Abby se iba a venir conmigo, que echaría a Ashley de esta maldita casa y seria feliz con Abigail. Por supuesto la liberaré del secuestro, y me entregaré a sus padres.

Me dirigía a la habitación de Ashley. Estaba enojado con ella, ya me mintió en la cara. Sabía que no era mío, y ella lo manipuló todo. Entré de un golpe, ella estaba en la cama tirada, pintándose las uñas, me miró y sonrió la muy zorra.

- Hola amorcito.- me dijo con su voz aguda.

- De amorcito nada, coge tus maletas, te vas de esta casa.- ella me miró sorprendida y fingió dolor.

- Estoy esperando tuz..- no la deje terminar cuando le tire los papeles que me dio Ry. Ella los miró y rió con esa risa de Chucky, una risa maliciosa.- Fuiste tan tonto, este bastardo que llevo dentro no es tuyo. Jamás querría tener un hijo de un puto secuestrador, qué mató a su propia hermana, oh... sí, la pobre Alice ¿así se llamaba? Que lástima que aquel chico la violara y tu no pudieras hacer nada, porque fue tu culpa.- mis ojos se tornaron negros, ella reía pero cuando los vio se calló. Le iba a decir de todo pero una voz dulce y inocente, lo dijo por mi.

- No fue su culpa que violara a su hermana ese hijo de puta. Lo malo de todo esto es que tú bonita, no afrontas que estás echa una foca por una criatura que no tiene culpa de nada y ella o él está pagando, junto con Jacob por todo. Esa criatura debería tener una madre mejor, no una vieja amargada que solo piensa en si misma.- me quedé sorprendido por sus palabras. Ashley estaba roja por sus palabras y Abby sonreía orgullosa. Yo sonreí y abracé a Abigail, que me abrazó de vuelta. Nos separamos y Ashley nos miraba entrecerrando los ojos.

- ¿Y tu? ¿Quien eres? Una niñata de 18 años con la que Jacob tiene como juguete.- miré a Abby y ya no sonreía, tenía la mirada en el suelo y volví a mirar a Ashley, que reía y seguía hablando.- ¿O qué, eres su princesita? Eso paso hace tiempo, él te hará abrir esas bonitas piernas y luego te dejará. Te quitará tu inocencia y te dirá adiós, cómo lo hizo con todas.- la miré con furia y Abby seguía con la cabeza mirando abajo.

- Fuera Ashley.- ella rió y negó con un dedo.

- ¿Sabes que?.- los dos miramos a Abigail y su cara estaba empapada de lágrimas. Sus ojos mostraban dolor y ¿cariño? Me sentía una mierda, luego me miró a mi.- Seré un juguete pero bien que le gustaba este juguete, porque roto y sucio ha vuelto a por él, y todavía no ha abierto todo el envoltorio. En cambio tú, su otro juguete, se aburrió hace tiempo, que tenía que decir que estaba embarazada para que le prestará un poquito de atención, no eres más que una maldita zorra infeliz.- dijo Abby con enojo en su voz.

- ¡CALLATE PERRA!.- dijo Ash apunto de explotar.

- Seguramente el padre del bebé no querrá saber nada de ti, ya que no sabe si es el padre. Ese niño crecerá en la mentira y nunca lo querrán ya que su padre no existirá y su madre será una zorra.- quise besar a mi chica por dar ese discursito a Ashley, esta venía directa hacia Abby pero me puse en medio de ellas.

- Abby sal.- le dije firme. La verdad no quería problemas.

- Pero...

- ¡QUE TE VAYAS!.- ella me miró sobresaltada, nunca le había gritado. Vi como sus ojos se aguaron y se iba corriendo. Cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí, vi a Ashley sonriendo.- Quiero que te vayas dentro de una hora de esta casa, no te lo repito otra vez, adiós.- frío y duro, así le fue como le hablé. Me salí de la habitación y fui a la de Abby, entré y no había nadie. Y fui a preguntar a la oficina de mi tío, pero antes de abrir la puerta escuche a mi tío hablando con una chica.

- Tranquila, se habrá puesto nervioso, déjalo un tiempo, todo se le ha juntado.- oí un sollozo y otra voz.

- Me duele que me hable así, solo quiero estar con él, esta ciego por no darse cuenta, lo amo ¿cómo no se da cuenta?.- era Abby. Me amaba, mi yo interior saltaba de felicidad. Sonreí como un tonto.

- Hablaré con él y ahora ve a tu habitación.- oí el chirrido de una silla y me alejé un poco. Cuando abrieron la puerta, salió una Abby con los ojos rojos e hinchados. Ella me miró y sonrió. Me quedé estático allí y borró su sonrisa. Ella siguió andando a su habitación y yo a la oficina de mi tío. Toque y abrieron. Entré y me miró mal.

- Eres gilipollas.- me dijo negando.

- Lo se, lo siento enserio. Me han podido los nervios, no quería hablarle a Abby así, la amo y joder...- no noté cuando rompí en llanto. Mi tío me miro y me abrazó.

- Muchacho, estás jodidamente enamorado, anda corre y fúgate con ella.- yo asentí y me dirigí a la habitación de Abby. Toqué y espere.

SECUESTRADAWhere stories live. Discover now