3. ¿Dónde está Chloé?

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Chloé Bourgeois estaba sentada en un café del centro de París tomando un zumo de naranja mientras esperaba ansiosa a su amiga Sabrina. Ya tenía todo preparado para marcharse de la ciudad pero sentía que, al menos, a ella le debía una explicación antes de desaparecer.

–¡Chloé! –exclamó una pelirroja al cabo de unos minutos. Se acercaba a ella con paso acelerado y la saludaba efusivamente con la mano. Cuando estuvo a su altura le dio un fuerte abrazo.
–Sabrina –contestó la rubia correspondiendo al abrazo gustosa.

Poco después se separaron y Sabrina tomó asiento al lado de su amiga. Le pidió un capuchino al mesero y mientras esperaba su pedido le preguntó curiosa a Chloé:

–Y bien, ¿qué era eso tan importante que querías decirme? Cuando hablamos por teléfono esta mañana te noté un poco alterada.
–Si bueno, es un tema delicado –dijo mientras se frotaba las manos visiblemente nerviosa.

Sabrina la escudriñó preocupada, iba a preguntarle qué demonios era lo que sucedía cuando llegó el camarero con su capuchino. Lo dejó encima de la mesa con la cuenta y se marchó con la paga deseándoles una buena tarde.

La pelirroja comenzó a remover su bebida dispuesta a darle un buen sorbo en cualquier momento cuando se percató que Chloé tenía un simple zumo de naranja. Frunció el ceño extrañada, su amiga era tan adicta a los cafés como ella. Verla con ese zumo de fruta natural simplemente no le cuadraba en la cabeza así que no pudo evitar preguntarle:

–Oye Chloé, ¿qué diantres haces con un zumo de naranja?
–Ahora mismo no puedo tomar café –desviando la mirada.
–¿Por qué?¿Es una nueva dieta? –cuestionó curiosa.
–No...
–¿Entonces?
–Yo... estoy embarazada –con un hilo de voz.

Se hizo un silencio sepulcral entre ambas amigas.

–¡¿Có-cómo has dicho?! –tartamudeó de nuevo la pelirroja, pensando que quizás había escuchado mal.

Chloé alzó la vista encarando a su amiga y con voz un poco más firme le repitió:

–Que estoy embarazada...

Las dos amigas se miraron la una a la otra sin saber qué más decir. Chloé temerosa por la reacción que pudiera tener la pelirroja tras su confesión y Sabrina preocupada por la hija del alcalde. Ella conocía su "relación" con el famoso modelo francés y esto, sin duda, era un problema.

–¿Desde cuándo lo sabes?
–Desde ayer por la mañana –comenzó a explicar Chloé–. Tenía un retraso y llevaba toda la semana vomitando todo lo que comía. Así que ayer me compré un test de embarazo, me hice la prueba y salió positivo.
–¿Y ese cretino lo sabe? –preguntó Sabrina sin poder evitar una mueca de disgusto y una voz llena de desdén cuando utilizó la palabra "cretino".

Chloé sonrió alicaída por las palabras de su amiga. Sabrina destetaba profundamente a Adrien. No le perdonaba que no zanjara su relación con Marinette y tuviese a Chloé esperándole eternamente entre las sombras, haciéndole sufrir miserablemente.

–No, no lo sabe.
–¿Se lo dirás? –le preguntó con una mirada inquisitiva temiendo una respuesta que no deseaba.
–No –fue la rotunda respuesta de la rubia–. Además le he bloqueado en mis contactos del móvil y en todas las redes sociales.

Aquello sorprendió a Sabrina, que no se lo esperaba para nada. La pelirroja creyó que diría que sí con la estúpida esperanzada de que al estar embarazada de él acabase, finalmente, con ese maldito triángulo amoroso en beneficio de la hija del alcalde. Pero, por primera vez en 2 años, Chloé tenía sus propios planes y no parecía querer contar con el modelo para nada.

Ni contigo, ni sin ti [Adriloé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora