Valió la pena ir.

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        Llegamos a la casa de Anne y Gabriel se escondió para darle la sorpresa apenas abriera la puerta pero al parecer dormía pues llevábamos algunos minutos tocando y nada.

– Jack, llámala al teléfono sino estaremos aquí todo el día.

– Pero que exagerado eres Gabriel, solo llevamos tres minutos aquí.

– ¿Solo han pasado cinco minutos? Oh, Jesus (eso lo dijo en inglés) siento que envejezco aquí.

– Cállate, creo que viene alguien.

        Gabriel se escondió y justamente Anne abrió la puerta con una sonrisa.

– ¡Jack, mi amor! Viniste – Dijo tirándose a mis brazos.

– ¿Y para mí no hay un poquito de amor?

        Anne volteó a mi derecha y vio a Gabriel de brazos cruzados con su sonrisa de "estoy buenísimo" y en efecto gritó para luego empujarme y abrazar a Gabo.

– ¡Gabriel! ¡Bebé llegaste! – Él solo sonreía mientras la estrechaba en sus brazos. – ¿Cuándo llegaste? ¿Y Por qué soy la última en enterarme?

        Los chicos deshicieron el abrazo y entramos a la casa.

– Llegué ayer pero me quedé en Caracas y hoy me vine para acá, llegué hace un rato.

– Subamos a mi habitación, mi hermanita está dormida y la podemos despertar con nuestras risas.

– Pero yo quiero verla, debe estar grande.

– Lo está Gabo, si la vieras.

– Terminemos de subir chicos o nos quedaremos aquí y se despertara.

– Jack tiene razón, vamos.

        Nos dirigimos a la habitación mientras bromeábamos y reíamos por tonterías pero todo en silencio, al entrar nos tiramos los tres en la cama para luego romper en risas.

– Extrañaba mucho estos momentos chicas, no es que allá no tuviera amigas o amigos pero ustedes son otra cosa.

– Awww pero que bello, voy a llorar. – Agregó Anne enternecida.

– Oh, por favor no lo hagas. – Le dije fingiendo estar seria pero luego sonreí un poco.

– Eres tan cruel.

– Lo sé, pero así me amas.

– Y dime Gabriel ¿Cómo convenciste a esta ingrata de venir a mi casa? Porque a lo que sé estaba enojada conmigo.

– Pues resulta que quiero ir a Amnesia y ella me contó que hay un chico guapo, de Canadá que probablemente conozco.

– Ok, pero ¿también te contó lo que el guapo canadiense le dijo?

– Me contó todo.

– ¿Todo?

– Todo, Anne. Todo, ese tipo se ha ganado uno golpes de mi parte.

– Relájate, Machito, no golpearas a nadie y menos después que lo veas.

– ¿Tan guapo es?

– Guapo pero idiota. Yo creo que al chico le gusta Jack. – Agregó mi amiga en tono confidencial.

– ¿Tú también lo crees? Le dije lo mismo y ella por poco se infarta.

        Ellos hablaban como si no estuviera allí presente, o seaaaaa ¿Cómo pueden decir que le gusto a ese idiota con lo mal que me trató?

¡Entre ellos dos!(Nash Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora