Capitulo 16

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Caminaba hacia el área de sistemas que se encontraba al final del pasillo del quinto piso, era un área donde a lo mucho había diez personas manejando todo el sistema operativo de la empresa, algo que era sumamente increíble y que sin duda llamaba siempre su atención y cada que podía escapaba para ver los nuevos desarrollos sistemáticos ya que era un área de la cual le gustaba saberlo siempre todo con lujo de detalles y si por ella fuera pasaría horas ahí.

—Buenos días —dijo acercándose a sus espaldas.

Se detuvo al escuchar esa voz que años atrás siempre le alegraba y ahora le era tan repugnante— Buenos días —murmuró sin voltear siguiendo su camino.

La observo fijamente, sabía que bajo las telas holgadas de su traje seguía conservando la figura que él había disfrutado— ¿Y tú preciosa hermana?

—Me temo que es algo que no le incumbe saber señor —apretó los dientes con fuerza conteniéndose se giró hacia él sonriendo de lado— ¿se le ofrece algo en que laboralmente pueda orientarlo?

—Mmm no, solo quería saludarla. Se veía hermosa con ese traje ajustado a su figura

Frunció ligeramente el ceño— Sí mi hermana es hermosa, pero temo que tiene novio, por lo que voy a suplicarle que no la moleste. Lo que quiera tratar con ella puede hacerlo conmigo

— ¿Y crees que el que tenga novio me impedirá acercarme a ella? —Sonrió con arrogancia— ¿acaso no me conoces Haruka? te aseguro que lo dejara en cuanto vea o disfrute de mi compañía

—Ella no es tan tonta como para caer bajo tus sucias garras, además no está sola yo voy protegerla

Sonrió ligeramente— ¿Quieres apostar a que pronto estará en mi cama?

—No voy apostar —presiono sus puños— no te atrevas a hacerle daño. Ella no tiene nada que ver con lo ocurrido hace años

—Jamás lastimaría a tan bella criatura, estoy pensando seriamente que es hora de que me establezca y tu hermana me gusta para tomarla por esposa

Frunció el ceño— Tú no eres su tipo, jamás va aceptarte, así que es mejor que no pierdas tu tiempo. Ahora si me disculpa señor Stevens tengo muchas cosas que hacer

—Claro no te interrumpo —se hizo a un lado para dejarla pasar— espero que mi obsequio le agrade. Dicen que no hay mejores amigos para las mujeres que los diamantes y en ella se verán estupendos

No soporto más lo tomo de la camisa azotándolo contra la pared— Te lo advierto de una vez por todas, tú le tocas un solo cabello a mi hermana y yo te juro que te mato

Sonrió divertido— No solo tocare su bello cabello, la tocare por completo. Te lo puedo asegurar —tomo sus manos oprimiéndolas con fuerza.

—No te lo voy a permitir —levanto su rodilla golpeando con fuerza en sus partes nobles.

Se dobló ante aquel golpe quejándose, pero aun así sonrió— Ya te lo dije, hare a esa mujer mía. Quieras o no

—Antes tendrás que pasar sobre mi cadáver, porque pienso defenderla con todo —respiraba molesta ante sus comentarios.

—Propuesta aceptada —dijo aun doblado por el dolor, disfrutaba verla de esa forma— a esta hora debe estarle llegando mi obsequio

No dudó en propinarle una fuerte patada— Piensa bien lo que harás porque yo no voy a permitirlo —se inclinó hacia él— ya no te tengo miedo

Sonrió de lado— Eso lo veremos

Le propino un fuerte puñetazo dejándole el ojo morado, para enseguida alejarse de él.

Custodios del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora