Capítulo 10-Kiss

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Podían sentir el dulzor de los labios del otro, aún sin tocarse, podían notar la suavidad y la textura. El tiempo parecía eterno, la distancia parecía infinita.

-¿Tardé?

Ambos se levantaron con rapidez y se separaron sin tener ese beso que tanto deseaban. Jiyong y Sunhee miraron hacia la entrada y encontraron a Shinwa entrando por la puerta, cargado de maletas. Cuando llegó al salón se dio cuenta de que la chica tenía compañía, pero esa compañía no le gustaba en absoluto, no le agradaba en nada.

Shinwa hizo una mueca al verlos el uno al lado del otro.-Ya, deberías descansar... Sola-recalcó.

Jiyong puso los ojos en blanco y le dio un beso en la mejilla a Sunhee, tanto ella como Shinwa se sorprendieron, ninguno se lo esperaba, ni siquiera el cantante. Fue un acto involuntario, había deseado tanto aquel beso que ahora no tenía... Necesitaba tener el contacto con su piel, se sentía muy atraído por ella, tan de repente había comenzado a darse cuenta, y cada vez iba a más.

Después de eso no tardó en marcharse para no crearle problemas a la chica con su novio, que por lo que veía, se mudaba a su casa. Venía cargado de maletas para trasladarse a la casa de Sun Hee, eso entristeció un poco a Jiyong. Ella y él habían estado a punto de besarse, ¿eso significaba que ella sentía algo por él? ¿significaba que él no era el único que se sentía de esa manera?

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La agarró fuertemente del brazo y la empujó hacia atrás, cayendo esta en el suelo de nuevo. Levantó la cabeza y le miró fijamente a los ojos, dentro de estos podía notarse la fuerza de la chica. Él se acercó de nuevo para golpearla, furioso porque en la mirada de ella podía verse felicidad, esperanza....

-¡Basta ya!-gritó ella tirándose sobre él en un abrazo, antes de que golpease su cara otra vez, mientras temblaba de terror y lloraba entre los brazos de aquel monstruo.

Él la tomó por los hombros y la retiró de su cuerpo.-¿Estás bien?-preguntó.

¡Qué ironía! La misma persona que la había golpeado con fuerza y furia, se preocupaba por el estado de ella. Asintió entre gemidos.

-Bien, no quiero encontrar esta situación de nuevo -dijo retirándola con un empujón dejándola caer de nuevo en el suelo. Se levantó y le dio la espalda.-No quiero que exista esta situación de nuevo- dijo saliendo de la casa, mientras ella se abrazaba a sí misma, en el suelo, llena de miedo, impotencia, rabia, dolor...

Cuando los temblores de sus piernas se detuvieron, tomó el teléfono y llamó a su madre. Le explicó que había ocurrido de nuevo. Su madre no tardó en llegar a la casa con un botiquín. La curó sin decir una palabra, la ayudó a maquillarse para que no se viesen las heridas y la ayudó a vestirse.

Después de tanto silencio y tantas cosas que decir, ella tragó saliva y abrió sus labios produciendo un sonido que a su madre parecía dolerle.-Mamá, no puedo seguir con esto.

Su madre ignoró lo que acababa de escuchar, cómo si jamás lo hubiese oído. Deslizó el vestido de su hija hacia abajo y la giró frente al espejo, decidiendo la ropa que debería ponerse para la ocasión.

-Escúchame, por favor -pidió. Como seguía sin hacerle caso, se giró frente a ella y la agarró de los hombros.-¿Esto es lo que realmente quieres para tu hija? ¿Realmente quieres que pase por este sufrimiento para cumplir con el deseo de...

-Sí, y deberías saberlo- respondió cortante, evitando oír lo que terminaba esa frase.

Sun Hee suspiró.-¿Y si me enamorase de verdad? ¿Tendría que seguir con esto?-preguntó dándole la espalda y mirándose al espejo.

Mr. EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora