Una Perdida Tras Otra

144 16 37
                                    

Las cosas comenzaron a ser diferentes, donde antes no había nada, ahora estába lleno de casas, calles, automóviles, trenes, todo lo que hace ruido. Aun agradezco encontrarme a varios kilómetros de la ciudad, aquí todavía existe la tranquilidad.

Estando en la sala, sentado en el sillón que antiguamente pertenecía a mi abuelo, los recuerdos invaden mi mente a la vez que observo las llamas que otorgan vida a la chimenea.

Mi abuelo Francis, era un excelente granjero en los años 1860. En esa época él aún no había cumplido sus veinte años pero había logrado, por su cuenta, dirigir la mitad de las tierras junto con mi bisabuelo. Juntos habían realizado un excelente trabajo, consiguieron mano de obra y suficiente ganado para mantener alimentado a más de veinte empleados.

Aún puedo escuchar la voz de mi abuelo al lado mío guiándome cuando apenas tenía once años.

­- Siempre debes mantenerte firme al momento de dirigirte a los trabajadores - me decía a cada momento.

- ¿Por qué abuelo?

- El sentimiento más destructivo no solo es el miedo sino también la debilidad. Un jefe débil es significado de un mal líder - se quedó un momento en silencio tratando de analizar cómo explicarme con palabras que pudiera entender. - Cada persona tiene dudas y se hace preguntas, si esas preguntas son expuestas frente a los hombres que tiene a cargo, puede provocar que lo vean como una persona débil. Un ejemplo es cuando tu padre te castiga luego de hacer una travesura - se agachó para estar a mi altura - ¿Alguna vez lo viste dudar?

- No, siempre lo dice serio - le respondí.

- Exacto, pequeño. Si él dudara, vos no le harías caso, no aprenderías ¿Comprendes?

- Si, yo no me iría a mi cama. Seguiría con mi travesura.

- Muy bien - me revolvió el cabello - ahora sigamos nuestro recorrido.

Ese día me mostró y enseñó todo acerca del liderazgo, algo que absorbí con rapidez. Me fascinaba como todos seguían las ordenes de mi abuelo, ninguno cuestionaba nada que saliera de sus labios. Al correr los días, noté que mi padre era diferente y no por dudar o temer sino porque le molestaba tratar con otros, a excepción de su familia. A pesar de ello, era un hombre extraordinario, podía lograr administrar todo lo que fuera monetario con los ojos cerrados. Era algo que el abuelo agradecía enormemente.

A veces recuerdo que mi padre Owen siempre decía, cuando toda la familia estaba reunida, "Somos una combinación explosiva" y al instante todos nos reíamos pero siempre tenía razón.

En esa época el mundo estaba tranquilo o eso se escuchaba, no había nada que nos afectara directamente por lo cual nuestra pequeña granja "Stern's " iba avanzando con tranquilidad.

Todos los días era un ritual, te levantabas, desayunabas y salias a inspeccionar el trabajo de los encargados. Cada tanto nos uníamos a ellos para realizar las tareas, más cuando era temporada de cosechas pero todo cambio en el año 1923.

Recuerdo con exactitud que era martes 16 cuando, después de una larga jornada, acompañe a mi abuelo al pequeño pueblo de Northjou que se encontraba a unos cien kilómetros de nuestra granja. Para aquellos que vivíamos apartados completamente de la ciudad, allí se podía encontrar todos los suministros suficientes para vivir; no era un sitio muy grande por lo cual era perfecto para personas solitarias.

Al llegar, Francis, se dirigió a unos de los almacenes para buscar más semillas que cosechar. Mientras que yo observaba el lugar, una pareja de mayores pasaban caminando frente a mí y algo llamó mi atención. Según estaban hablando, alguien nuevo había llegado de la ciudad y como siempre pasaba, los Cleary, realizarían una reunión para darle la bienvenida a los nuevos vecinos.

Huyendo del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora