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— Sí, Bri... ya te lo dije, todo bien —sonrió ligeramente mientras aún sostenía el teléfono apuntando a su oído.

— ¿Estás seguro, bebé? —le contestó este.

— Claro, solo estaré unos días fuera —sonrió Roger nuevamente, solo que esta vez más ampliamente. Le alegraba la preocupación y el trato de Brian.

El "campamento" de su clase sería pronto, exactamente al día siguiente.

A pesar que Brian había estado prácticamente todo el día con él por "no querer perder un segundo antes de su partida", el de rizos castaños lo había llamado esa misma noche para desearle suerte y tranquilizarlo respecto a Keith y a Mick.

— ¿Cuánto era? —preguntó Brian nuevamente.

— Ocho días, Bri —respondió Roger.

— Agh es una eternidad sin mi angelito... —dijo Brian con un tono malhumorado, Roger rió.

— Estaré de vuelta antes que lo notes —dijo.

— Ya te extraño, amor...

— Yo también a ti.

Siguieron hablando un rato hasta que se hizo tarde, luego de un "te amo" y un "te amo más", la pareja se despidió y se fue a dormir cada uno en su habitación y pensando profundamente en el otro.

La noche pasó rápida para Brian, lenta para Roger.

Mientras los sueños de Brian eran ases de luces, los de Roger eran lentos y fríos tormentos que lo despertaban de forma seguida.

Brian soñó con su amado, Roger con risas, burlas y tristeza.

Finalmente la mañana llegó.

Roger, nervioso, tomó sus cosas luego de darse una ducha y vestirse. Miró el despertador.

6:36 AM.

Pensó que Brian estaría durmiendo, así que no quiso despertarlo llamándolo o mandándole un mensaje.

Se despidió de sus abuelos y de su hermana dándole un beso en la cabeza, puesto que la pequeña se encontraba en los acogedores y tibios brazos de Morfeo bajo aquellas azules sábanas.

Salió de la casa y caminó hasta la parada de autobuses, donde el escolar lo recogería junto al resto de sus compañeros e irían a la excursión anual de curso por el bosque.

Al llegar, además de los odiosos y comunes rostros de sus compañeros de clase, vio unos familiares rizos.

Corrió a abrazar a su novio, quien le correspondió, y sin importar la vista de los demás lo besó en los labios con alegría.

Brian también lo hizo mientras acomodaba sus manos en la cintura del rubio.

Algunos los miraron, pero la mayoría le restó importancia, el rumor de que Roger Taylor y Brian May eran novios estaba de por sí confirmado, y ambos pensaban:

"Que se vayan al diablo."

— ¡Bri! ¡Viniste! —exclamó el rubio luego de separarse.

— Por supuesto que sí, mi vida —le respondió Brian acariciando su mejilla con dulzura— debía despedirme de mi ángel.

Roger sonrió bobamente mientras acariciaba los rizos del mayor.

— ¿Con quien te irás sentado? —preguntó Brian luego de un rato hablando.

— Con unos chicos nuevos que llegaron, se llaman Syd y George.

— Ah, qué bien que encontraste con quien sentarte, mi vida —besó su nariz y Roger achinó los ojos— pásalo bien, que ese par de idiotas— señaló a Mick y a Keith con el mentón— no te hagan sentir mal o hacerte pensar que debiste quedarte en casa, comparte con esos chicos nuevos.

@nadie [Maylor] {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora