Prólogo

8.1K 972 469
                                    

Todo era su culpa, y lo sabía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo era su culpa, y lo sabía. Pero no lo diría, jamás lo aceptaría. Había salido con Kaminari y Kirishima a una pista de videojuegos a pasar el rato.

Todo estaba bien hasta que de regreso al internado se les apareció un villano. Bakugou creyo que era fácil inmovilizarlo, pero el bastardo resultó ser más ágil de lo que parecía.

El tipo era alto, de una apariencia un tanto extraña. Era como una combinación turbia de un payaso y un mimo.

El hombre reía de una manera tétrica pero ni eso le intimidaba. Hasta que el hombre sacó de su manga derecha un mazo de cartas.

Al instante sacó una del mazo a ciegas.

—Oh, te tocó una muy divertida carta —sonrió complacido el tipo, mirando a los tres chicos pero dirigiéndose a Bakugou.

Bakugou sólo chasqueó la lengua.

Antes de cualquier cosa el hombre simplemente sopló la carta, dirigiéndose violentamente al cenizo que apenas había llegado a reaccionar. Sin embargo, la carta no llegó a tocar a Bakugou. Kaminari que era más cercano, le empujó haciendo que la carta le cayera a él.

De pronto salió un nubarrón en tonos grises y morados. Seguidamente se escuchó el llanto de un niño.

—Oh, eso no lo esperaba. Pero no le quita lo divertido —dice el hombre burlón.

—¡Morirás, maldito! —de su mano  soltó explosiones listo para atacar.

Kirishima, que estaba del otro lado activó su quirk.

Ambos estaban en pose defensiva, preparados para el siguiente golpe. Pensaban luchar hasta que aparecieron los héroes profesionales.

Después de eso, todo fue rápido.

El hombre fue atrapado y se seguía escuchando un sollozo pero aún la nube no se había disipado y no sabían si era seguro entrar ahí para sacar a Kaminari.

Cuando ese extraño humo se desvaneció se vio un pequeño niño, no más de cinco años.

—¿Pero qué mierda? —el primero en hablar fue Bakugou, muy propio por cierto.

El ahora infante miraba confundido y al parecer no tenía certeza de qué lugar era ni con quiénes se hallaba.

Los héroes profesionales intentaron agarrar al niño que rápidamente se escabullía. Corrió hasta que llegó donde se encontraban Bakugou y Kirishima y se puso detrás de ellos.

—Oye, sal. No te van a hacer nada —hablaba Kirishima con amabilidad.

El pequeño negó con la cabeza.

Para Bakugou este sería un largo día.

Para Bakugou este sería un largo día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Daddy issues: Bakugou Katsuki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora