Capítulo 13. "6:30pm"

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Quiero agradecer a @thesempleada que me ha ayudado a escribir este cap. Vayan a seguirle, escribe muy buenas cosas :)



Mimi se despertó un par de horas más tarde, Ana aún estaba acurrucada a su lado, con el brazo izquierdo envuelto en su cintura y la cabeza apoyada sobre su abdomen. Descubrió que sus brazos estaban envueltos alrededor de la otra chica, pero intentó dejarla con cuidado, su mano estaba dormida, por lo que abrió y cerró su puño, intentando restaurar un poco la sensación de su extremidad. Hizo una mueca y sintió un hormigueo exrtenderse sobre su brazo, la sensación era algo incómoda. Se preguntaba si así era como Ana sentía su mano izquierda constantemente, mirando la férula.

Se quedó en la misma posición por un tiempo más, admirando la forma de dormir de Ana. Nunca se había considerado afortunada, pero, el hecho de estar ahí acostada con ella, sabiendo que estaba dispuesta a darle una oportunidad, hizo que se sintiera realmente afortunada. Estaba agradecida del universo. Después de que Ana se despertó, ambas se sentaron y vieron algunos dibujos animados. La morena todavía estaba cansada, debido a su falta de descanso la noche anterior. Cada cierto tiempo, se quedaba medio dormida y comenzaba a roncar inconscientemente, por lo que Mimi tuvo que reír para sus adentros, y así no despertarla.

Finalmente, Ana se despertó del todo, y juntas se fueron a la casa de Amaia, ya que era miércoles. Había sido agradable volver a la normalidad después de los acontecimientos ocurridos durante estos días, y las bromas de las otras chicas comenzaron apenas Mimi entró a la casa. Como siempre, Ana se mantuvo muy ajena a la situación. Amaia y Aitana preguntaron varias veces por qué Mimi no había vuelto a la escuela, levantando las cejas sugerentemente. Por su parte, Ana respondió con total naturalidad a las preguntas de sus amigas, sin notar las insinuaciones para nada sutiles, afirmando que le había pedido a Mimi quedarse con ella antes de quedarse dormida junto a ella en la cama. Esta se sonrojó profundamente ante las palabras de Ana y las bromas de las otras chicas se intensificaron. Después de lo que pareció una eternidad, se pusieron a ver una película en la sala de estar de Amaia, Aitana se acostó en el suelo, Miriam y Amaia se sentaron en el sofá, mientras que Ana y Mimi se sentaron en el otro sofa, comportándose como siempre, su relación personal no había cambiado mucho, sólo que ahora tenían un mayor contacto físico. Obviamente, una de las nuevas adicciones de Mimi era besar a la chica de ojos cafés. La cual no tenía mucha experiencia en esto de los besos, pero Mimi reconocía con mucho gusto que era la mejor besadora del mundo aún sin mucha experiencia.

Ana no fue a la escuela al día siguiente, debía ir al hospital para ser revisada por el neurólogo, tanto en su progreso desde el accidente, como también en su recuperación del ataque de epilepsia. Él revisó su medicación y la alentó a usar un brazalete de alerta médica en caso de que tuviera otro ataque en el futuro. Mimi no la habría podido ver durante ese día Jueves ya que tenía práctica de baile después de la escuela y después de eso su padre los llevaría a todos a cenar por su nuevo trabajo, pero se habían mantenido en contacto a través de mensajes de texto, Mimi le preguntó cómo le había ido en el hospital y si se sentía mejor. Incluso la llamó para saber cómo estaba antes de dormir, esperando con impaciencia verla al otro día.

Se quedó esperando en el casillero de Ana, comiendo una barra de cereal para apaciguar las constantes quejas de su estómago hasta que pudiera almorzar. Estaba apoyada sobre su hombro derecho, buscándola entre los otros estudiantes, y se levantó cuando la vio a la vuelta de la esquina. La morena le sonrió en señal de saludo, pero no dijo nada, solo abrió su casillero con dificultad. Mimi noto que aún se veía cansada, pero se alegró de que estaba mejor de todo lo que había sucedido antes. Ya no tenía ojeras y su tez tenía un aspecto más saludable, pero sus ojos se veían oscuros y aparentaba estar de mal humor.

-¿Qué pasa?- le preguntó. Ana abrió su bolso y sacó un par de libros, dejándolos en su casillero.

-Bueno...- comenzó a decir Ana lanzando algunos analgésicos en su casillero sin cuidado. -En primer lugar, ayer le conté a mi padre sobre nosotras.

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora