Capítulo 14. "Lo haces más fácil"

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Mimi estacionaba el auto cuidadosamente en un espacio vacío mientras tomabas las llaves fuera de la ignición, apagándolo. Se volteó a Ana quien observaba por la ventana del asiento del pasajero hacia la dirección de la cancha de fútbol, con una expresión pensante en su rostro.

-Oye, -llamaba la rubia, observando de lejos la cara de Ana y notando el silencio que había hecho acto de presencia entre ellas. Colocó una mano sobre el brazo de la morena provocando que dirigiese su dirección a Mimi, con una sonrisa embellecedora en sus labios. -¿Todo bien? -preguntaba concertada. -Si no te sientes de humor te puedo llevar de vuelta a casa.

-No, -respondía rápidamente. -No quiero volver a casa.

-Entonces estás bien. -decía con un tono dudoso. -Es sólo que se te ve un poco tensa... ¿esto se te hace extraño? Porque no tiene que ser una cita si es demasiado pronto, podemos...

-No, -interrumpía colocando su mano sobre la rodilla de Mimi. - quiero que sea una cita.

-Vale. -dijo con un alivio evidente en su voz. -Entonces...¿qué es?

-Es sólo que, no sé que tan buena sea mi compañía esta noche, sabes, mi compañía como cita. -dijo, luchando para expresar sus pensamientos de una manera clara.

-¿A qué te refieres?

-Bueno, -comenzó, agachando su mirada hacia su regazo donde se le encontraba jugando con sus propios dedos de forma nerviosa. -es que... me cuesta muchísimo concentrarme en el juego...sabes...a veces pierdo las riendas de la conversación que está pasando... no quiero... te vas a ... bueno ... no es que quiera... es solo que...

-Banana, -decía, mientras llevaba su mano debajo del mentón de la morena y elevaba su rostro para conocer su mirada. - no te preocupes por ello ¿si? Sólo... relájate un poco.

-Realmente lo estoy intentando, -dijo simplemente y Mimi sonreía con tristeza hacia ella.

-Sé que lo haces, aunque no tienes que intentar ser alguien más conmigo, Ana. Tú ya lo sabes

-Sí, pero...

-No, -interrumpía. -sé quien eres. Entiendo que a veces las cosas se te presentan con mayor dificultad y que te distraes o te pierdes. Esas cosas no me molestan. De hecho, forman parte de las razones por las que me gustas en primer lugar.

-Igual podría ser frustrante para ti. Te podría hartar de la cantidad de preguntas que te hago todo el tiempo...

-Si me haces preguntas entonces las contesto. -informaba intercediendo.

-Probablemente tengas que estarlo repitiendo. -Ana continuaba aún preocupada.

-¡Genial! Amo el sonido de tu voz.

-Hablo en serio. -protestaba.

-Al igual que yo, -le decía con una sonrisa en sus labios. -Repetiría las cosas miles de veces si lo necesitas.

-¿Y qué si me trato de concentrar tanto en el juego que no te hable nada? -preguntaba preocupaba. -Ya sabes, porque, no puedo, o porque lo olvido, o...

-Entonces no hablamos, -respondía con simpleza. -Nos hemos acomodado en el silencio numerosas veces anteriormente Ana, y estoy segura que lo haremos en muchísimos más en el futuro.

-Ya, pero esto es una cita, -decía Ana. -¿No se supone que debes hablar en las citas? Ya sabes, para conocernos mejor.

-Eso es lo bueno de salir con alguien con quien ya eres amiga. -respondía Mimi. -Ya conoces todo de ella. Y le quita un poco la presión.

-Yo sólo no quiero ser aburrida o que pienses que no quiero estar aquí contigo o algo... porque si quiero, yo...

-Ana, -solicitaba Mimi seriamente. -Podríamos habernos quedado en tu casa, quedarnos en completo silencio y ver una película sentadas a tres sillas de distancia esta noche y aún sería una de las mejores citas en las que he estado.

Guerras y TribulacionesWhere stories live. Discover now