Acuerdos

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Justó a las seis de la mañana Lena se levantaba, lista para correr cerca de una hora alrededor de las calles aledañas a su departamento. Hoy tendría que ir de nueva cuenta al conservatorio, para exponerles que la convocatoria para la clase magistral, era un éxito, aunque aún no se habían terminado las entradas de la primera, estaban seguros que por la velocidad en la que se estaban vendiendo sería pertinente abrir más fechas.

Sin embargo su mente sólo rondaba en una sola persona en particular, aunque no sabía si la vería en la reunión, pero lo más probablemente era que sí. 'Además ella debe estar presente ante estas cosas', pensó mientras tomaba una ducha, para quitarse el sudor del cuerpo.

Creía que iría por su cuenta, sin embargo Matt ya la esperaba en su oficina, con una rica taza de café, aun humeante. Algo inusual para él:
-"¿por qué tanta amabilidad?- le espeto ella, antes de tomar la taza- "espera ¿qué le echaste?"

Con gesto de indignación su hermano le contestó:
-"NADA, no seas idiota, sólo quería darte una ofrenda de mi buena voluntad"- Con una amplia sonrisa
- "Si claro, desde cuando...ahh quieres verla ¿cierto?

-"Vamos deja que vaya contigo" Mirándola directamente a los ojos, que precisamente eran similares a los suyos.
- "Muy bien, pero me debes una" besándole la mejilla.

Bajando para encontrar el auto, su Padre los esperaba en el estacionamiento del edificio, los hermanos se sorprendieron al ver aquella imagen conocida: - "Chicos vamos...Hay que cerrar una fructífera inversión".

A Lena se le hizo extremadamente extraño que los acompañará a una trivialidad, sin embargo aquella duda se la disipo él mismo, mientras tomaban camino para aquel recinto:
- "Pensé que sólo iríamos los dos", mirando con reprobación a su hijo, por el espejo retrovisor. Sin darle tiempo que se explicará:
- "Ayer hablé con su Papá, es un hombre íntegro, por supuesto me hablo maravillas de su hija, claro que le creo es un hombre de palabra, y debo confesar que me dio curiosidad en conocerla".

Caminando por el largo corredor, vieron como dos mujeres conversaban animadamente, de vez en cuando soltaban alguna sonrisa de complicidad.

Al aproximarse a ellas, descubrieron que eran las mismas que estaban a cargo del proyecto.

Después de intercambiarse los saludos necesarios, su Padre miro con curiosidad a aquella chica:
-"Micaela...sé que no te acuerdas de mi...o de nosotros...de todas formas nos conocimos cuando eras muy pequeña.... Debo confesar que el otro día recordé que a la tierna edad de 4 años diste muestra de tu gran talento, nunca me imaginé en encontrarnos así"-

Lena no perdía detalle del semblante de con quien hablaba su Padre, le parecía curioso que no demostrará estar complacida con tanto alago y sólo se limitó a decir:
-"Gracias Señor Dench"-

Al terminar aquella escena la mirada de Lena pasaba disimuladamente entre su hermano; quien tenía esos ojos tan iluminada al ver aquella pelirroja mujer; Su Padre que observaba de vez en cuando a los más jóvenes; y en aquella chica.

Todos se encontraban sentados en la pequeña sala de la oficina del director excepto Micaela, quien permaneció de pie, casi toda la conversación.

En ningún momento dijo nada, sólo escuchaba las palabras del Director, hasta que terminó la reunión, con la negación de abrir más fechas, y quien zanjó la conversación fue ella, quien pedía con anticipación saber la fecha de la clase.

Ya en el auto de regreso a la oficina, los hermanos conversaron sobre lo que había ocurrido:

-"Que extraño, cualquiera hubiera abierto más fechas, ¿no crees Lena?"

DiametralmenteWhere stories live. Discover now