Los juegos de Discord.

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Tras sus diversos crímenes, y atentar contra la realeza misma, el antes conocido como Doctor Aloysius James Animo (Doctor Animo actualmente) Fue sentenciado a pasar una eternidad en el más literalmente profundo confinamiento en el Tártaro, resguardado por un par de guardias con unas armaduras de un color rojo oscuro a diferencia de las doradas que solían llevar los del castillo de Canterlot.

Mientras aquellos dos guardias montaban guardia fuera de la celda de barrotes, Aloysius se encontraba acurrucado en una esquina, murmurando un montón de cosas sin sentido.

–Aloysius: Todo es su culpa, todo es solo su culpa...» Repetía con un sentimiento de odio y rencor en su voz» Si tan solo ese  poni no se hubiera entrometido, al fin hubiera hecho pagar a las arrogantes princesas por lo que te hicieron, Padre.

Cuando terminó de hablar, el viejo poni apartó uno de sus cascos del suelo, dejando así ver cientos de los pequeños fragmentos en los que se había convertido el mismo cristal que utilizó para transformar a sus criaturas. Y el mismo con el que el Rey Sombra fue capaz de recobrar todo su poder y casi obtener el control del cuerpo de Adam.

–Guardia: ¡Oye, anciano! ¿Quieres guardar silencio?» Dijo, golpeando la lanza en su poder contra los barrotes de la celda con fuerza.

–Guardia#2: ¿Qué es lo que tanto habla ese tipo?.

–Guardia: No tengo ni idea. Nunca cierra la boca. Tal vez debimos quedarnos en el castillo en lugar de venir a este foso creyendo que sería más tranquilo.

–Guardia#2: Pues en cierta manera lo es.

–Animo: ¿Y ustedes no tienen algo mejor que decir?.

Los dos guardias voltearon molestos hacia Animo, el cual seguía dándoles la espalda mientras seguía acariciando los cristales en el suelo.

–Guardia: ¿Qué fue lo que dijiste anciano?.

–Animo: ¿Oh? ¿Es que acaso tu poca capacidad que te brinda tu cerebro de guardia te impide entender simples palabras?.

Enfurecido por el tono burlesco de aquel poni, el guardia estaba por entrar él mismo a la celda para cerrarle la boca, pero su compañero lo detuvo poniéndose justo en medio.

–Guardia#2: Oye, amigo, tranquilo. Te meterás en problemas si descubren que le hemos hecho algo.

–Guardia: ¿Crees que de verdad les importe a las princesas lo que le pase a uno de los dos únicos prisioneros en este lugar?.

–???: Oh, te aseguró que sí les importara.

Ante aquella voz desconocida, los dos, poni de tierra y unicornio voltearon a ver hacia donde provenía. Ambos se entonces se toparon con un ser bípedo con poco pelo que llevaba una camisa roja dirigirse hacia donde estaban frente a la celda.

–Guardia: ¿El compañero del guardián de Equestria?» Preguntó un tanto asombrado.

–Victor: Oigan, tengo un nombre, ¿Saben?.

–Guardia: Oh, lo sentimos, señor Victor. Tan solo es que es extraño verlo aquí considerando lo poco que se ve involucrado en asuntos de la realeza y así.

El humano se detuvo a distancia en donde quedaba bastante cerca frente a los dos guardias y se rascó detrás de la cabeza con una mano mientras veía el interior la jaula de Animo.

–Victor: Bueno, es cierto que no meto las narices en lo que no me incumbe a diferencia de Adam a no ser que me lo pidan. Es por eso que estoy acá ahora.

–Guardia#2: ¿Disculpe?.

Metiendo una mano en uno de sus bolsillos del pantalón, Victor sacó un pergamino el cual puso frente a los rostros de los dos sementales y lo desenrrolló, mostrando su contenido. En el decía que a pedido de la misma Celestia, él sería quien se encargaría de ahora en adelante de vigilar a la más reciente adquisición del Tártaro.

Vamos Otra VezWhere stories live. Discover now