Compañeros Sexuales

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La luz sobre sus ojos le hizo despertar, se removió con cierta pereza tratando de reacomodarse, cuando un agudo dolor en la zona de la caderas hizo que desistiera, soltó un quejido mientras llevaba una mano a su rostro frotando el ojo izquierdo con suavidad. Tardó un momento en enfocar la vista, paseándola por el lugar sintiéndose desubicado.

Paredes azul marino; posters de Kiss, Sistem Of A Down, Nirvana, Metallica. Explayó los ojos al ver que esa no era su habitación. Aguantando el dolor intentó moverse, sintiendo que algo se lo impedía: un brazo de piel bronceada le mantenía preso contra el cuerpo de alguien más, su rostro se cubrió de color rojo al darse cuenta bajo las sábanas de su desnudez y la de la persona a su lado. Al voltearse para quedar de frente, descubrió la identidad de aquella persona. Su vecino del departamento de enfrente: Hyoga Kolmogorov, el odioso estudiante "rockero" de Sistemas, que disfrutaba de oír su estridente música a alto volumen y turbar su paz cuando hacia sus deberes escolares. No recordaba como es que habían terminado así, y tampoco quería saberlo. De la forma más rápida que pudo, se incorporó sin hacer ruido tomando su ropa para vestirse y salir de aquel departamento hacia el suyo.

Al entrar se recargó en la puerta tras cerrarla de golpe. Sintió sus mejillas ruborizarse de nuevo al darse cuenta que se habían acostado, pero de inmediato comenzó a negar, ¿cómo es que llegaron a ese punto? Ambos no se soportaban, uno por considerarlo demasiado correcto y apegado a las normas y el otro por ser totalmente irritante y presuntuoso. Se metió a la ducha sintiendo el dolor en su cabeza, se dió cuenta de que tenía resaca. Entonces fue que recordó todo lo que sucedió para que terminaran en la cama.

Shun volvía de la tienda, con un par de cervezas, que utilizaría para poner a marinar la carne que comería al día siguiente. Al llegar a su puerta se topó con el rubio, quien también volvía a su departamento, Hyoga vió lo que llevaba y comenzó a cuestionarle de forma burlesca el poder ingerir bebidas con alcohol. Aunque el peliverde no acostumbraba beber, si lo hacia, así que sintiéndose ofendido lo encaró. El ruso terminó por retarle a beber con él, probando su resistencia y sin dudarlo Shun aceptó. Entraron al departamento del rubio, mientras este acomodaba varias botellas de cerveza y algunas botanas en la mesa frente al sofá de la pequeña sala. Todo iba bien, hasta que Hyoga sugirió subir de nivel ofreciéndole vodka, Shun ya se sentía mareado después de la sexta cerveza, pero queriendo demostrarle al ruso que podía seguir, aceptó el vaso con el líquido transparente y se lo bebió de golpe.

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