Cold Water |COLD #3|

11 [INÉDITO]

Fui traicionada por mi propia mano. Bien dicen que si esa mano es maligna has de cortarla, pero... ¿Cómo cortar cada pedazo de mi ya mallugado cuerpo?

Tuve ese momento en donde tus labios alteraba todo mi entorno, y quería que se repitiera sin parar. Todo cambiaba cuando se trataba de Morgan Packers, pero no era lo suficientemente lista para darme cuenta de lo que estaba sufriendo.

Mala fue la hora en la que te hice prometer que no me harías promesas de nada, (y eso incluía lo que con oficialidad hubiéramos sido). Me arrepiento por haberte pedido eso.

Lo único que quería era sumergirme en tu océano y no ver el profundo precipicio en el que me había hundido, pero una vez más lo hiciste. ¿No te cansa tener que ahogar en la profundidad de tus pensamientos a esta inocente Frances que fue una idiota por hacerte caso después de lo vivido?

Sé que me encuentro intoxicada de ti, aún peor que antes. Quisiera poder decirles a mis conocidos que estoy mal, que no encuentro esa luz que me sacará a flote, pero la verdad es que ya me encuentro en un lugar en donde la marea es baja y el ambiente es cálido; en otras palabras, me acostumbre a tu trato.

Espero no hundirme más en ti, pero ya es imposible desear eso, ya que no parece importarte si muero ahogada en tu interior.  Al parecer te gusta sumergirme sin detenerte y sin piedad, para que así no tenga escapatoria y me quede por siempre allí.

Ahora me encuentro perdida en esta enorme isla de nombre Morgan, en la que la única salvación parece ser decir tu fuerte y áspero nombre.

Me encuentro hambrienta de la Frances Anderson que desapareció en cuanto te miré.

Me encuentro varada en medio de la nada, prefiriendo no haber naufragado por milésima vez. ¡Pero que tonta has sido Frances! Te dijeron que no saltaras al abismo del oscuro y solitario corazón de Morgan Packers, el cual no hay dueño predilecto y todas tienen un poco de él.

Tienes que saber que al principio pensé que tenerte en mi vida, debajo de mi piel y en cada partícula de este universo, me podría llevar al paraíso. Pero de nueva cuenta me he equivocado. ¡Me has llevado por todo tipo de hermosos paisajes para al final dejarme en el mismo Infierno!

En este momento ahora sé cuál será mi infierno más adelante, y serás tú. Un lugar árido y en el que no hay escapatoria; en donde tu rubio cabello es lo que veo y tu aperlada sonrisa es lo único que ilumina.

Pero que ingenua fui, y que idiota seré por dejarme llevar por las olas melodiosas de tus palabras. Por más que lo quiera ya no hay como salir de esto.

Con lentitud, y sin sentir que pasa ni un segundo te escucho llamándome a lo lejos de donde estoy. Quisiera saltar al agua helada de tus sentimientos e ir nadando como una loca a tu lado.

Esa sensación no se me quita ni el mejor remedio que me recomendaran.

...

Ya han pasado unos meses en los que no me hablas y yo no te busco; en los que no me miras y yo no voy corriendo a tu encuentro.

Siento como los brazos del océano me reclaman, las crestas de las tempestuosas olas de tu mar me guían a la salida mientras susurran mi nombre.

Soy libre. Soy autónoma de tu venenoso mar.

Después de ese desagradable mar de emociones, el cual me ha dejado deshidratada, me doy cuenta que tú, Morgan Packers fuiste diseñado y programado para derrumbarme a mí, una Frances débil e indecisa que a pesar de la adversidad es testaruda y se quedará contigo una y las miles de veces que quieras estar con ella aunque sea por momentos.

Esa es la única y cruel verdad. Dolorosa, ¿verdad?

Y aquí me encuentro una vez más, pidiéndole a las estrellas que no te atraviesen en mi camino de nuevo, porque todos saben, incluyéndote, que caeré de inmediato a tus pies.