Sempiterno (Glenn Rhee- The Walking Dead)

Capítulo 5

Narra Glenn

Un pitido ensordecedor me está matando. Abro los ojos y veo a nuestro grupo en el suelo también... no. Reúno toda mi fuerza para ponerme en pie, veo que Rick y Shane también lo han conseguido. Dale esta inconsciente a mi lado. Debo ayudarlo.

-Dale- lo llamo, pero ni siquiera me oigo-.

Lo agarro de los brazos, soportando el pitido en mi cabeza y lo levanto, T-Dog se acerca a ayudarme y lo cargamos entre los dos. Colocamos a Dale en la caravana y va a por Carol. ¿Dónde demonios está Gabrielle? La busco con la mirada por todos lados. ¡Ahí está! Corro hacia ella. Está luchando por mantenerse consciente, pero sólo puede levantar la cabeza, no mueve el cuerpo. Corre, Glenn. A medida que me acerco parece verme pero cae desplomada. No, no. Corre. Cojo a Gabrielle en brazos y entro en la caravana a toda hostia.

-Gabrielle- la llamo- ¡Gabrielle!- se mueve un poco ante el sonido, pero está K.O.-.

Tumbo su cuerpo en la cama y me doy cuenta entonces de lo poco que pesa. No es momento, Glenn, de pensar esas mierdas. Me froto la cara desesperado, tiene la cabeza manchada de sangre. Debería salir a ayudar más en realidad, pero algo me lo impide y no sé por qué, no la quiero dejar sola. Tiene lógica, cualquiera se preocuparía viéndo a un amigo en ese estado. Supongo.

Han pasado cinco horas desde la explosión y ya estamos en la carretera. El hambiente está un poco decaído pero a la vez aliviado. Hemos perdido a Jacqui. T-Dog estaba llorando, dijo que su mujer decidió quedarse y morir de esa forma, que no estaba hecha para un mundo así. La verdad, me lo esperaba más de Lori pero tiene un hijo que cuidar. Joder, Gabrielle no se despierta aún. La miro en silencio. Su pelo castaño esta alborotado y enredado por la caída, y su piel muestra bastantes cardenales en los brazos. Tuvo que caer de lado. Ahora que me fijo, tiene una bonita figura. Está... bastante... bien, ahora que lo pienso. Sí, sí. Trago saliva y pongo mis ojos en su cuerpo. Una camiseta blanca ceñida me deja distinguir su definida cintura y sus caderas. No tiene para nada unas curvas escandalosas, pero tiene una complexión con sus formas. Está delgada y me fijo en la moderada curva de sus pechos. Ey. Para. No. Esto no es así, esto es aprovecharse. Supongo. O no. No lo sé. Glenn Rhee, para.

Narra Gabrielle

Abro los ojos somnolienta. Tengo sueño, pero no consigo hubicarme así que me preocupo. ¿Dónde estoy? Pestañeo varias veces y veo la figura de Glenn sentada junto a mí.

-Ow- susurro- ¿Dónde estamos?

-En el cielo, hemos muerto todos- proceso las palabras con detenimiento pero me duele la cabeza y hago una mueca- es broma, es broma.

-En serio, ¿Qué ha pasado?

-Conseguimos escapar de la explosión.

-Ah... ¿Y a dónde vamos?

-A ningún sitio, buscaremos el lugar ideal para quedarnos- se encoge de hombros-.

-La caravana es cómoda- bromeo con él-.

-Sí, pero tendríamos que compartir camas- insinúa de vacilón y le doy una tortita en la mejilla para devolvérsela-.

Se echa a reír y yo con él, y me fijo en que Dale nos mira por el retrovisor entre risas. Paramos en una gasolinera desierta en la autopista, Glenn sale con algunas personas a limpiar el interior de caminantes. Cogen comida y gasolina, y lo veo entrar de nuevo con algo en la mano.

-¿Eso es para mí?- le pregunta Dale-.

-Oh, esto, no, no había pensado que quisieras...- pero lo interrumpe entre risas-.

-Madre mía, ya ni te acuerdas de este pobre viejo. Toda tu atención está en la chiquita- exclama en voz alta-.

-Pero ¿Qué dices?- salta Glenn sorprendido y noto la vergüenza en su tono-.