Izayoi

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—¿ Que es eso? — preguntó curiosa al joven zorro que abría un dulce que Kagome había traído.

—Se llama paleta, ¿quieres?

—Mamá, ¿puedo?

—Cl-claro

La pequeña probó curiosa el dulce aun sin separase demasiado de Kagome que seguía nerviosa además de colorada cada vez que la niña la llamaba mamá, al menos estaba calmada despues de llorar un rato,  le gustaban los niños pero era extraño que le dijeran mamá, tantos talleres sobre embarazo adolescente de como era muy difícil ser madre a su edad la asustaban, en lo único que concordaban ella e Inuyasha, quien los vigilaba desde a un par de metros, es que esto era una clara trampa de Naraku, bueno la sacerdotisa no estaba segura ya que había algo en la pequeña como un aura de pureza y ternura que estaba segura que alguien como Naraku podría crear.

—¡Esto es delicioso! — exclamó sonriendo— le voy a guardar a Moroha.

—¿Quién?

—Es mi hermana menor, te va a agradar mucho Shippo es muy tierna aunque dicen que es muy enojona pero yo se que con un buen golpe se calma

—¿Le pegas a tu hermana?

—Le prometí a papá que si se portaba mal le pegaría como el a ti para que se comporte — orgullosa

—¡deja de decir tonterías! — reclamó el hanyou— yo no...

Esto era una tontería, era imposible que tuviera una hija principalmente por que ¿Qué mujer querría a un hanyou como esposo? Y segundo no condenaría a una mujer y  a un niño a un destino como parias viviendo perseguidos por ser así hasta ser asesinados como lo que vivió su madre, esto debía ser una trampa nunca había escuchado que fuera posible que un hanyou tuviera descendencia era absurdo, la peor broma que podrían hacer.

—Inuyasha, cálmate es solo un niña

—Cállate Miroku, esto es claramente una trampa deberíamos mat...

—Izayoi, ¿recuerdas cómo llegaste aquí? — la exterminadora le pregunto dulcemente a la menor, tratando de que no llorara otra vez.

—Recuerdo estar en las montañas pero, mi abuelo dice que fue por el molino de Akuru y que le pregunten a la pulga

—¿Quién?¿Abuelo?

—Si, aquí está mi abuelo Inu no Taisho Toga — dijo señalando a su lado pero los viajeros no veían nada

—Tonterías

—Quizás no

—¿ Señorita Kagome?

—Algunos doctores creen que los amigos imaginarios son una forma de expresar un trauma, quizás Izayoi este diciendo la  verdad y debamos preguntarle a él anciano Mioga.

—Podría ser

—¡ No se estarán creyendo este montón de tonterías!

—¿Qué es ese brillo? — interrumpió la niña señalando a un punto en el bosque

—Es un fragmento —informó Kagome antes de cargar a los menores

—¿Qué?— Un ogro rodeado de abejas venenosas de Naraku se acercaba a donde estaba el grupo, con su porra empezó a atacar al grupo pero parecía querer ir a por la niña, ella se abrazaba a Kagome, Inuyasha movido por un instinto de protección sacó su espada furioso.—NO TE ATREVAS A TOCARLAS — con un movimiento logro cortarle el brazo [n/a: tengo el presentimiento que le gusta demasiado cortar brazos,  mejor a la cabeza] al mismo tiempo el bumerang de Sango cortaba la cabeza.

—La perla, la perla...—murmuró moribundo antes de dejar de existir

Izayoi tembló, Kagome notó que en su pecho había un brillo, un poder como la perla completa ¿Cómo era posible? La pequeña se estaba alterando hasta que perdió el conocimiento.

Flash Back

 —Eres un bobo. —Divertida, con los ojos brillantes de alegría.

—Feh.

Caminaron tranquilamente, en un cómodo silencio hasta que llegaron a su cabaña.

La bajó cuidadosamente mientras prendía una pequeña hoguera y preparaba el futon para que su esposa pudiera descansar.

Kagome miró a su esposo con cariño sabía que sería un gran padre, Inuyasha se acostó a su lado, acariciando el vientre de su amada con cariño, claramente fascinado por la pequeña criatura la sacerdotisa le beso la mejilla tierna.

— Descansa, Kagome

— Ya quiero que esté aquí con nosotros.

— Con lo grande que estas, no debe faltar mucho.

— ¿Me llamaste gorda? — Entrecerró los ojos hacia su esposo.

— ¡Cla-claro que no! — Temblado.

Kagome acarició su vientre. Inuyasha puso su mano sobre la de su esposa. El bebé pateó como si quisiera tenerlos cerca también.

Inuyasha se sorprendió cuando llegó a sentir algo raro. Olfateó y pasó su nariz por el vientre de la sacerdotisa.

—¿Qué pasa?

—Puedo olerlo.

—¿Qué?

Inuyasha olfateo y puso una cara de sorpresa.

—Puedo sentir su aroma.

—¿Qué? ¿Aroma?

—Sí, y es un aroma muy dulce.

—¿Es una niña?

—O un niño muy delicado.

Kagome lo levantó y le dio un amoroso beso que lo sorprendió, pero le correspondió. Pararon solo porque ella lloraba ¿de la alegría?, seguro eran las hormonas seguía sin entenderla.

—Una niña...—Llorosa.

— O-oye, no llores —Nervioso.

— Hay que pensar en un nombre.

— ¿Cómo cuál?

Kagome lo medito, para después de un momento sonreír para después acercarse a su marido.

—Hay uno que me gusta —Confesó.

— ¿Cuál? —Sin entender a él siendo sincero no se le ocurría ninguno que sea digno de su cachorra.

— Izayoi.

— ¿Izayoi? —Sorprendido al oír el nombre de su madre, Kagome asintió con una sonrisa, él miró a su esposa y luego su vientre y lo acarició — ¿Estás segura?

— Completamente.

Su hija vendría a un lugar lleno de amor y crecería feliz ya que no permitiría que su familia sufriera.

°°°

Próximo Viernes capitulo nuevo, no olviden dejar sus comentarios.

EL MEDIO DEMONIO, LA COLEGIALA Y LA NIÑAWhere stories live. Discover now