¿QUÉ CLASE DE FAMILIA HACE ESTO?

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Luego del arresto, la familia fue llevada a la estación por el crimen que habían cometido. Yo en mi interior tenía montones de preguntas: ¿por qué rayos creerían que un niño traía mala suerte?, ¿qué hizo él para que le hicieran eso?, ¿no saben que la mala suerte solo es un mito? Simplemente no me gustaba para nada lo que le había pasado a ese pobre niño. En mi niñez y adolescencia veía muchas veces casos de maltrato infantil a través del canal de noticias, ya sea por desprecio, por arranques de ira por parte de los padres, y muchas otras razones más, ¿pero sufría maltrato solo porque se pensaba que era de mala suerte. 

En ese momento me encontraba tranquilamente haciendo un pequeño patrullaje por la zona junto a mi compañero. Por ese momento, no ocurría nada, así que me puse a pensar en ese pobre chico que sufría mucho. Fue llevado al hospital y recibió atención médica desde que su familia fue aprehendida, dijeron que tenía un brazo roto, el tobillo muy dislocado, una pierna rota, una fisura en la cabeza y hasta costillas rotas. En cuanto por fuera, tenía múltiples moretones y un ojo morado, le salía sangre por la boca debido a que sufrió muy fuertes golpes en el estómago, y para empeorarlo, tenía montones de heridas en la espalda, hasta los propios médicos dicen que estuvo por correr peligro de estar en coma, o hasta morir. Afortunadamente pudieron salvarlo, pero debía estar en el hospital por mucho tiempo para que le dieran de alta. No puedo imaginarme el dolor que debió sentir, tanto físico como emocional, porque sus atacantes eran su propia familia.

Una tarde, pedí permiso a mi jefe para ir a ver al niño, pues yo quería hablar con él y animarlo un poco. El jefe aceptó y fui hasta el hospital en donde se encontraba. Era un hospital grande, incluso más grande que los que habían en mi país natal, y también tenía equipos de medicina muy modernos, pues en Estados Unidos la tecnología está más avanzada que en mi país. Tardé un poco en encontrar la habitación donde estaba el niño, pero logré encontrarla. Ahí estaba el niño, tenía el pelo blanco y unas cuantas pecas en los cachetes. Estaba sentado en la camilla con yesos en el brazo y pierna , un vendaje en el tórax, un parche en su ojo, varias curitas en su cuerpo y una aguja en el brazo que lo conectaba con el suero. Al lado de la camilla estaba la silla de ruedas que debía usar para caminar. Tenía en frente de él una bandeja que tenía un plato con comida, que consistía en carne de res cortada en tozos muy pequeños, puré de papa y brócoli. A su lado, un vaso con jugo que, por el color, asumí que era de durazno, y un posillo con dos bolas de helado de chocolate. Tenía una cara muy triste y una mirada hacia abajo, que mostraba el dolor que sentía, más que físico, emocional.

Yo decidí entrar, el niño solo me vio con su mirada melancólica, y nuevamente miró hacia abajo. Lentamente me acerqué a él para hablarle.

Yo: Hola, soy el oficial Alejandro.

Niño: Hola,.....soy Lincoln Loud.

Me respondió con un tono de voz sombrío.

Yo: Vine a verte porque a mí no me gusta que los más jóvenes sufran.

Lincoln: Pues se nota, ya que dudo mucho que algún otro policía quisiera hacer lo mismo.

Lincoln, luego de eso cambió su expresión a una aún más triste que antes, incluso una lágrima cayó de su ojo bueno.

Yo: ¿Aún te sientes mal?

Lincoln: Sí...y mucho.

Yo: Vaya que luces muy, pero muy lastimado.

Lincoln: Así es, pero el dolor físico no es nada comparado con mi dolor emocional.

No suelo hablar con niños de forma prolongada, pero esta vez quería darle al menos algún ánimo.

Lincoln: No se imagina lo que se siente cuando tu propia familia se lanza contra ti y solo por una absurda superstición.

Yo: Creo que tienes razón, ese tipo de casos no son muy comunes al menos aquí. Pero algo de lo que sí estoy seguro, es que no mereces eso. por eso vine a darte algún tipo de ánimo o a hablarte.

Lincoln: Vaya, gracias por preocuparse por mí, pero siento que no es posible animarme ahora.

Luego de eso pensé y decidí preguntarle cómo era su familia.

Yo: Sé que no me incumbe, pero quisiera saber cómo es tu familia, por curiosidad.

Lincoln:Hmm.........bueno, de acuerdo, pero no seré demasiado detallado.

Yo: Muy bien, adelante.

Lincoln: Bueno, pues....mi familia es muy numerosa, somos 13 integrantes en total. Nos concoen por ser una familia muy ruidosa y hasta algo loca.

Yo: No me extraña, antes nos llegaban a los policías quejas por el ruido que hacían.

Lincoln hizo una pequeña sonrisa junto a mí.

Lincoln: Yo soy el hermano del medio, y único hijo varón, tengo 5 hermanas mayores y 5 menores, todos vivimos con nuestros dos padres. Normalmente peleamos por cosas grandes o pequeñas, pero siempre lo arreglábamos......hasta ahora.

Yo: ¿Cómo inició ese famoso asunto de la mala suerte?

Lincoln: Pues es una una historia algo larga, pero se la cuento. Todo comenzó cuando fui a un partido de béisbol de mi hermana Lynn, que es una amante de los juegos y cosas relacionadas con el deporte. Todo iba bien, hasta que su equipo perdió el partido, y una vez saliendo, ella me tenía miedo y quería que me alejase de ella, dijo que era porque creía que tenía mala suerte y eso era lo que le había hecho perder.

Yo simplemente no pude creer por qué solo por eso había creído que era mala suerte. Una derrota en un juego de béisbol no era excusa para creer que traía mala suerte.

Yo: Sinceramente, esa no es una razón para creer que traes mala suerte.

Lincoln. Eso fue lo que quise decirle, pero no me creyó. Con el tiempo, toda la familia empezó a creer que era un amuleto de mala suerte.

Yo: ¿Qué?

Lincoln: Así es, por eso me dejaban a fuera en la casa del perro y no me daban casi nada de comida. No querían que me acercase a ellos por temor a que algo malo pasara.

Empecé a sentir un remordimiento con la familia por haberle hecho eso al pobre Lincoln. Siendo alguien tan joven no debía sufrir ese tipo de cosas. Me parecía algo inhumano, algo que nunca de los nuncas se debería hacer. Como dije antes, había visto muchos casos de pequeño que involucraban a niños, pero eso eso era simplemente pasarse de la raya.

Lincoln: En cierto momento, decidí probarles que no daba mala suerte, y fui a un partido de Lynn con un disfraz de ardilla para pasar desapercibido. El equipo de Lynn ganó y yo me mostré ante ella y mi familia para decirles que estuve todo el partido ahí y que no era de mala suerte.

Yo: Pero se nota que no creyeron eso.

Lincoln: Lo acertó, pues en lugar de que se disculparan por creer que traía mala suerte, ¿sabe qué hicieron?

Yo: ¿Qué?

Lincoln entonces empezó a poner una cara con algo de enojo pero a la vez tristeza, al mismo tiempo que empezaba a lagrimear.

Lincoln: Ellos.......creyeron que el traje de ardilla transformaba mi supuesta mala suerte en buena suerte, y me obligaban a usarlo cada vez que estuviera con ellos.

Yo: ¿Es en serio?

Lincoln: Así es...cada vez que ellos tenían algún evento o asunto me forzaban a ir con ellos en el traje de ardilla para que les diera buena suerte con el traje de ardilla, y cuando algo malo les pasaba, me hechaban la culpa, y me daban una paliza. No me dejaban para nada sacarme el traje, y si lo hacía, me agarraban a golpes. Luego de eso, en una noche me encontraron sin el traje y me dieron la mayor golpiza de mi vida, mis hermanas mayores eran las que más daño me hacían, luego usted y los policías vinieron y los arrestaron, y a mí me trajeron a este hospital.

Yo: La verdad yo simplemente no puedo creerlo, ¿por qué demonios se dejaron llevar por esa estúpida superstición? No le hallo ninguna lógica, y todo empezó por un miserable partido de béisbol.

Lincoln: Ahora pienso.......que mi familia ya no me quiere.

Lincoln entonces se uso a llorar en voz baja cubriéndose la cara con su ante brazo. Mientras que yo sentí un gran rencor a su familia por haberle hecho ese tipo de cosas, y pensé: ¿QUÉ CLASE DE FAMILIA HACE ESTO?


La mala suerte es una ESTUPIDEZWhere stories live. Discover now