Veintidós.

15.3K 937 222
                                    

Capítulo veintidós.

Olivia.

Me giré en la cama encontrandome con un Valentín super dormido y los labios entreabiertos, sonreí y empecé a ver aquellos detalles lindos que tenía, cosa que cuando estaba lejos no podía apreciar bien.

Tiene varias pequitas casi invisibles en la cara y por primera vez me di cuenta de que tenía un lunar en el contorno del labio.

Y si antes amaba ese piercing que tenía en su ceja, ahora amo el lunar que esta cerca de sus labios.

Llevé una de mis manos a su cara y empecé a acariciarlo, sintiendo como su suave mejilla hacía contactó con mi piel, no podía creer lo hermoso que era, como tanta belleza entraba en una persona.

— Ya se que soy hermoso, pero deja de mirarme.—Dijo con la voz ronca y abriendo sus ojos para mirarme divertido, me reí un poco y negué con la cabeza.

— ¿Quién te dijo esa mentira?—Bromeé levantando una ceja y riendo al ver su cara, giró los ojos y suspiró.

— Mi mamá.—Se hizo el ofendido, causando que ría más.—¿Vos no pensas eso?

Frunci el ceño como haciendome la que pensaba y negué con la cabeza.

— Ah bueno, gracias eh.

— De nada.—Sonreí divertida y largue una carcajada a ver su cara de culo, hasta con esa cara era lindo.

— Vos tampoco sos linda.—Giró los ojos, sonreí y llevé mi mano a su mejilla para que haga boca de pato.

— Tenes razón...—Vacilé moviendo mis pestañas, sus ojos no salían de los mios y la conexión que se había formado en ese momento no la quería romper por ningún motivo.—Soy re linda.—Remarque el "re" dejándole un beso en la nariz y levantándome enseguida de la cama.

Se sentó rápido en el colchón y cuando yo me reí él también lo hizo, tirandome una almohada.

Su pelo estaba despeinado y las ganas que tenía de ir y acomodarselo me consumían por dentro. Se paró el también de la cama y recién me di cuenta que su pijama era un pantalón largo blanco, un toque ajustado remarcandole más su entrepierna.

Estaba sin remera y se me hizo imposible no mirarle sus abdominales, bajé más la mirada al elástico de su boxer que quedaba en evidencia ya que el elástico de su pantalón estaba un poco más abajo de su cintura.

Arte pura.

— ¿No era que soy feo?—Preguntó levantando una ceja y caminando lentamente a mi, tragué saliva y me apoyé contra la puerta cruzandome de brazos, disimulando un poco.

— Sos feo.—Asegure, obviamente mentí, era un bombón tremendo.

Sonrió cuando ya estuvo en frente mío, apoyó sus dos manos al costado de mi cabeza dejándome encerrada entre sus brazos.

— ¿Entonces por qué me miras tanto?—Preguntó con la voz ronca cerca de mi oido, provocando que un líquido recorra por mi zona baja, convirtiéndose en una cascada.

— Porque no puedo creer lo feo que sos.—Respondí después de un rato, mi respiración chocaba casi cerca de su cuello debido a la diferencia de estatura que había y no me molestaba, de acá se podía sentir mejor su perfume.

Valentín, tomandome de sorpresa, llevó sus manos a mi cadera y la pegó a él, mordi mi labio sin dejar que se me escapé algún suspiró.

— ¿En serio?—Preguntó bajando lentamente sus manos por mi culo, dándole una leve apretada, y esta vez si solté un jadeo.—Porque siento que no soy tan feo como vos decís.—Susurró con la voz ronca, cuando ya tuvo sus manos en mis muslos hizo un poco de fuerza logrando que yo envuelva mis piernas en su cintura.

Me pegó contra la puerta más de lo que estaba, apoyando todo su cuerpo a mi.

Todo facilitaba más las cosas debido a que yo tenía solamente una remera y la parte baja era una tanga roja.

Yo llevé mis manos a su cuello largando un jadeo cuando se movió un poco, haciendo que su dureza se pegue a mi zona.

— ¿Soy feo?—Preguntó apoyando sus labios contra mi, dejando un pico chiquito y después bajando hasta mi cuello para morder y pasar su lengua.

Jadeé tiroñeando un poco su pelo y haciendo que me miré, mordi mi labio respirando agitada, no quería que se separe de mi porque me encantaba sentir su entrepierna moverse contra la mía.

Una de sus manos fue al borde de mi tanga y cuando sintió lo mojada que estaba gruño excitado.

— Mira lo mojada que estas.—Gruño mordiendo mi labio inferior y estirandolo un poco para después soltarlo.—Mira lo duro que estoy.—Susurró pegando con fuerza su miembro contra mi zona.

Los dos jadeamos y ese fue el pasé para que yo pueda llevar mis labios a su cuello y empezar a morderlo mientras Valen apretaba mi culo por debajo de la remera.

Tiró su cabeza para atrás cuando yo le había empezado a hacer un chupón y apretó más mi culo contra él.

— Dios Olivia.—Jadeo apoyando su cabeza en mi cuello y empezando a morder suavemente mis clavículas.—Estoy re duro.—Susurró.

— S-si te seguís moviendo así me vengo.—Mordi mi labio cuando apoyó más su pija en mi entrada y mordió mi cuello.

Gemi en voz alta causando que él ponga sus labios arriba de los mios así no nos escuchaban.

— Dejame.—Pidió llevando otra vez la misma mano a mi vagina, poniendo los dedos en el elástico de la tanga.—Por favor.

Asenti con la cabeza y separé un poco más mis piernas así el tenía acceso a mi zona baja. Me soltó delicadamente dejándome en él piso y sin sacar su mano de mi culo bajó mi tanga un poco.

Jadeé cuando sentí su mano acariciar mi punto g, me miró con los ojos completamente oscurecidos y antes de meter dos dedos en mi me besó para que no haga tanto escándalo.

Un mar de placer entraba por mi cuerpo sintiendo los dedos de Valentín adentro de mi cabida, los movía rápido y cada vez que aumentaba el ritmo mi orgasmo se sentía más cerca.

— Grita mi nombre.—Pidió alejándo sus labios de los mios.—Pedime más, dale.—Su voz ronca retumbaba en mis oidos calentandome mucho más.

Gemi llevando mi cabeza para atrás y como él lo pidió gemi su nombre cuando llegué a mi orgasmo.

Las piernas me temblaron y Valentín me alzó otra vez haciendo que abracé su cintura con mis piernas. Me acarició la mejilla con una sonrisa en su cara y después me dio un beso en los labios.

— Valen...—Hablé causando que él me mire con una sonrisa, llevé mis manos a su nuca y lo besé tratando de pegarlo más a mi, pero era imposible.

— ¿Qué?

— No sos para nada feo.—Sonreí yo también.

— Ya sabía.—Acotó y nos reímos los dos, apoyé mi cara en su cuello y respire ahí.

Me volvía loca.





















🌻🌻🌻

Las ganas que se tiene estos dos.

Me dijeron que la actualicé, no hubo garche pero si colada de dedos we.

¿Les copa?

Desconocido ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora