El décimo cuarto día.

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El décimo cuarto día quise ir a cobrar para poder finalmente comprar todas esas cosas que necesitaba para la sorpresa.

Pero cuando llegué al cajero automático, la máquina no funcionaba. Ni esa, ni la de al lado. Ni la siguiente a esa. Mi malhumor perduró todo el día, lamento que me hayas visto frustrado. Pero de verdad, de verdad, tenía muchas cosas que hacer. Pensé que si no podía cumplir con una simple sorpresa de compromiso quizás significaría que no sería buen esposo y que era una señal.

Plan de propuesta • TAEGIWhere stories live. Discover now